05 Septiembre 2010
Estábamos capacitados, pero sin una remuneración acorde, sin estabilidad laboral, sin seguros, sin protección. En 2009. una solicitada de la gente del sur nos sacudió; y la muerte de dos enfermeras nos terminó de impulsar. Emprendimos el camino del reclamo. Ganamos la calle: nos emocionaba el apoyo de la gente. La sensación era "todos somos autoconvocados", ante el atropello, el autoritarismo, el desinterés del Gobierno. La gota que rebalsó el vaso fue mi despido. Nuestra solidez no se reflejaba en la participación en las movilizaciones, a diferencia de 2009, pero estábamos firmes. El Gobierno midió nuestra fuerza por las marchas. Pensó que podía dar el knock-out. Y así le fue.
En el hospital votamos por rechazar la oferta oficial porque lo que quedó pendiente en 2009 no podía postergarse: el salario. El acta de noviembre es nuestra bandera: "duplicar la base de cálculo en un lapso no mayor a un año". Entendemos que no se logra todo de una vez, pero muchas cosas cambiaron. Y trajimos aire puro a una sociedad que ve en nuestro movimiento la dignidad y la resistencia al autoritarismo del Gobierno.
En el hospital votamos por rechazar la oferta oficial porque lo que quedó pendiente en 2009 no podía postergarse: el salario. El acta de noviembre es nuestra bandera: "duplicar la base de cálculo en un lapso no mayor a un año". Entendemos que no se logra todo de una vez, pero muchas cosas cambiaron. Y trajimos aire puro a una sociedad que ve en nuestro movimiento la dignidad y la resistencia al autoritarismo del Gobierno.
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