29 Agosto 2010
MANUEL ALBERDI. Borrosa fotografía, única imagen conocida del hijo del prócer.
Aunque asiduo frecuentador de la compañía femenina, Juan Bautista Alberdi nunca se casó. Pero de sus amores con una porteña, Petrona Abadía Magán, nació su hijo Manuel, en 1837. Aunque nunca lo reconoció formalmente, Alberdi lo mencionaba en cartas a sus amigos, y se preocupó de su manutención. En cuanto a Petrona, se casó luego con Francisco Ocampo.
Manuel creció resentido porque el padre no lo reconocía. Recién se arregló con Alberdi cuando este lo llamó a Europa y lo inscribió en un colegio, en Versailles. Volvió luego a la Argentina y, por recomendación de Alberdi, trabajó en la estancia de Urquiza en Santa Cándida. Luego puso un negocio en Bahía Blanca y, financiado por su padre, se dedicó a trabajos de minería en Cuyo. Adquirió competencia en esos temas: fue autor de un elogiado informe sobre yacimientos para el Gobierno de Córdoba.
En su testamento, Alberdi le legó 10.000 pesos, así como diversos documentos. Manuel lo sobrevivió dieciséis años y demostró la devoción por el progenitor editando once tomos de los "Escritos póstumos". Según Ramón J. Cárcano, que lo conoció, era "muy retraído, melancólico, no se comunicaba con nadie". Murió soltero en Buenos Aires el 9 de abril de 1900. Un médico tucumano, el doctor Oscar Armando Fonio, fue autor de una minuciosa investigación sobre el hijo de Alberdi.
Manuel creció resentido porque el padre no lo reconocía. Recién se arregló con Alberdi cuando este lo llamó a Europa y lo inscribió en un colegio, en Versailles. Volvió luego a la Argentina y, por recomendación de Alberdi, trabajó en la estancia de Urquiza en Santa Cándida. Luego puso un negocio en Bahía Blanca y, financiado por su padre, se dedicó a trabajos de minería en Cuyo. Adquirió competencia en esos temas: fue autor de un elogiado informe sobre yacimientos para el Gobierno de Córdoba.
En su testamento, Alberdi le legó 10.000 pesos, así como diversos documentos. Manuel lo sobrevivió dieciséis años y demostró la devoción por el progenitor editando once tomos de los "Escritos póstumos". Según Ramón J. Cárcano, que lo conoció, era "muy retraído, melancólico, no se comunicaba con nadie". Murió soltero en Buenos Aires el 9 de abril de 1900. Un médico tucumano, el doctor Oscar Armando Fonio, fue autor de una minuciosa investigación sobre el hijo de Alberdi.
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