08 Agosto 2010
Las dotes histriónicas de Miguel Martín (31 años, analista de sistemas), del grupo artístico Manyines, asomaron temprano. "Nací y viví mi adolescencia en Famaillá. Ahí, todo era fútbol. Cuando tenía 7 u 8 años se me presentó un problema: estaba en el límite entre dos barrios y entonces no me aceptaban para jugar porque me decían que era del otro barrio. Y así, para conseguir patear la pelota, tenía que hacer payasadas, imitaciones: la patadita de Maradona, la caminata de "Manteca" Martínez (de Boca), etcétera", recuerda. El humorista -que hizo parodias para LA GACETA.com y hoy conduce un programa en FMI- recuerda juegos de su niñez: "un chico y una chica eran papá y mamá y yo, el más chiquito y más tímido (de 6 años), era el bebé que estaba en la ?cuna?: un tacho de 200 litros. La chica preparaba comida con barro que le ofrecía al ?marido?, y este visitaba al bebé y le decía ?tonteritas?". Otra diversión era el "alto ahí", que se jugaba con una pelota. "Era un juego simple: lanzar el balón hacia arriba, recibirlo y luego decir alto ahí, y después había que impactar la pelota contra el otro", cuenta. Martín perdió su timidez a los 16 años y comenzó a hacer un curso de teatro. Hoy deja un consejo a los chicos: "nunca estén al vicio, hagan algo, inventen. Siempre tienen que andar bien con la familia. La palabra aburrido no debe existir".