Una vida junto al órgano de la Catedral

Una vida junto al órgano de la Catedral

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LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ LA GACETA / ENRIQUE GALINDEZ
02 Agosto 2010
Pablo Paverini se enamoró del órgano de la Catedral cuando era un niño. A los 16 años comenzó a tocar en las misas y a los 32 es el encargado de restaurarlo. Este organista está reparando el instrumento por voluntad propia y tiene un sueño: escucharlo sonar en todo su esplendor durante el tedéum del Bicentenario de la Independencia, en 2016. El instrumento tiene casi 1.000 tubos (los tuvo que deshollinar a todos) y se cree que es el más antiguo del país; llegó a Argentina en 1831. Eso sí: hacen falta fondos para contratar un especialista que lo afine y lo armonice.

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