Los ediles decidieron restringir la ocupación de las veredas

Los ediles decidieron restringir la ocupación de las veredas

Comerciantes y vendedores ambulantes deberán dejar un espacio libre de 1,5 metro. En algunas zonas, las aceras parecen pistas de carreras de obstáculos. Se aprobó la norma para crear jardines en edificios.

UNA SITUACION FRECUENTE. Desde que se sancionó la ley antitabaco, más bares ponen mesas en la acera. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO UNA SITUACION FRECUENTE. Desde que se sancionó la ley antitabaco, más bares ponen mesas en la acera. LA GACETA / INES QUINTEROS ORIO
29 Julio 2010
Es un camino angosto diseñado especialmente para el tránsito de peatones. Aunque así las define el diccionario, las veredas de la ciudad se parecen mucho más a una pista de una carrera de obstáculos. Están regadas de maceteros, mesas, sillas, bancos, carteles, sombrillas, vendedores ambulantes, motos y bicicletas y restos de alguna obra en construcción. Aunque las normas permiten que muchos de estos elementos estén instalados en las veredas, los concejales capitalinos dejaron en claro que por las aceras, especialmente las del centro, es casi imposible caminar. Por eso decidieron restringir la colocación de objetos móviles y aprobaron una ordenanza que obliga a todos los comerciantes a dejar libre un espacio de un metro y medio de ancho a lo largo de toda la vereda.

El proyecto se aprobó ayer sin discusión, pese a que hubo planteos de que hay aceras que ni siquiera tienen en total la dimensión que la norma prevé dejar libre de obstáculos. La nueva disposición es una modificación de la ordenanza 2.114, que permite la instalación de elementos móviles (mesas, sillas, bancos, sombrillas, quioscos y maceteros) en veredas que tengan un mínimo de 3,5 metros de ancho. Había sido sancionada hace 17 años y desde entonces la realidad en las aceras de la ciudad ha cambiado bastante: hay quejas permanentes de los peatones que no pueden transitar a causa de la invasión que hacen muchos comerciantes.

Los inconvenientes en las veredas se agravaron desde 2006. Desde que rige la ley antitabaco, se incrementó en gran medida la invasión de mesas y sillas al aire libre. Pese a que los comerciantes pagan un permiso para hacer uso del espacio, según evaluaron los concejales, es necesario poner un freno. Además, el tránsito en las calles es cada vez mayor y los peatones se arriesgan cuando deben caminar por las calzadas como consecuencia de aceras cada vez más ocupadas.

Ampliar las veredas es imposible, así que restringir su ocupación resultó la opción más viable. El proyecto había sido presentado por la concejala Teresa Felipe de Heredia y contaba con el visto bueno de la mayoría de los ediles. Las cifras que maneja la Dirección de Tránsito municipal refleja esta problemática: la repartición entrega un promedio de seis a siete permisos semanales para ocupar la vía pública. Y en los operativos, los inspectores llegan a secuestrar hasta más de 1.400 elementos de las veredas por mes.

En las calles, los peatones no sólo se quejan de las mesas y las sillas. Los vendedores ambulantes son para ellos el peor dolor de cabeza cuando tienen que caminar por veredas angostísimas, repletas de todo tipo de artículos sobre mesas o directamente sobre el piso. Hay aceras, como la de Maipú desde el 100 hasta el 300, que según los transeúntes exigen un auténtico contoneo para poder transitar. Los fines de semana, en muchos tramos de las veredas de 25 de Mayo o de Corrientes se genera una congestión de peatones "surfeando" entre mesas y sillas.

Terrazas verdes
Los temas referidos a la planificación urbana pasaron a un segundo plano en la sesión que mantuvieron los concejales capitalinos. Quizás por eso las polémicas "terrazas verdes" se aprobaron sin ningún tipo de discusión. De acuerdo con la ordenanza, el Ejecutivo municipal tendrá que implementar un programa para que todos los edificios públicos y privados empiecen a cubrir sus techos con vegetación.

El proyecto, ideado por el concejal Hugo Cabral, fue considerado por los ediles más que necesario a fin de equilibrar el avance del hormigón en el centro con algo de espacios verdes y, de esta forma, mejorar el medio ambiente.

No se discutió sobre los costos que esto generará a los consorcios ni sobre qué especies deberán colocarse en las azoteas. El único comentario sobre el tema fue del concejal José Luis Avignone y despertó risotadas entre sus pares: "pido por favor que no se les ocurra plantar en los techos gomeros, porque las raíces van a llegar hasta los comedores de todos los departamentos. Además, necesitaremos helicópteros para hacer las podas correspondientes".

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios