02 Julio 2010
La pelota volverá a rodar en la Costanera
La cancha de fútbol del barrio había sido sitiada por los vendedores de "paco", pero ayer la Digedrop los sacó de circulación. La Policía detuvo a tres mujeres y a un hombre. Se secuestró pasta base de cocaína suficiente para fabricar unas 380 dosis de droga. "Ojalá se los lleven a todos".
DESPEJADO. La cancha de La Costanera había dejado de ser lugar de esparcimiento para convertirse en un sitio de consumo de "paco". LA GACETA / FOTOS DE JOSE NUNO
La pelota no rodaba en la cancha de fútbol de la Costanera. Desde hace tiempo, los "transas" habían plantado su bandera en esa zona y, sobre el verde césped, se veían incontables papeles metalizados de colores. Era el indicio de que allí, donde los chicos deberían estar jugando, se consumía "paco".
Los vecinos estaban hartos. Por eso, hace dos meses, llamaron a la Policía y le dieron las direcciones de dos dealers. La respuesta fue más rápida que en otras ocasiones. Ayer al mediodía, agentes de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop) irrumpieron en el barrio y realizaron dos allanamientos. Tres mujeres y un hombre fueron arrestados y la Policía secuestró casi 200 gramos de pasta base de cocaína, lo que equivale a unas 380 dosis de "paco".
La investigación está en manos del juez federal Mario Agustín Racedo, quien ordenó los procedimientos. Desde mayo, el oficial principal Jorge Nacusse y su equipo se apostaron estratégicamente en la barriada para recolectar evidencias. Así, se supo que había dos puntos de venta en la zona de calle Yamandú Rodríguez al 500.
Para llegar a la primera, se debe recorrer un pasillo angosto que conduce hacia una cancha de fútbol. "De vez en cuando, algunos chicos se animan a jugar a la pelota en un rincón. Pero cuando los dealers ven algún desconocido por acá le comienzan a tirar piedras", reveló una fuente cercana a la pesquisa.
La segunda propiedad está situada en una de las calles más transitadas de la Costanera. "Todo el mundo sabe a qué se dedican", comentó una jovencita que vive en esa cuadra.
Ayer, los policías de la Digedrop llegaron al vecindario escoltados por agentes del grupo CERO. "Algunos nos insultaron, pero la inmensa mayoría se mostró contenta de vernos", dijo un investigador.
En una de las casas, la Policía arrestó al "Pollo", de 61 años; a "La Gorda", de 51; y a "La Pepona", de 30. En el bolsillo de una campera había pasta base de cocaína suficiente para fabricar 300 dosis de "paco". Además, los investigadores se incautaron de $ 3.100 y de tres celulares. Según los investigadores, una de las sospechosas es familiar de un conocido dealer del barrio, vinculado a Hugo "El Rengo Ordóñez" Teves, quien fue asesinado el año pasado y tenía dos condenas por infracciones a la ley de drogas.
En la segunda casa, los policías aprehendieron a una mujer de 40 años. Hallaron "paco" en el bolsillo de un pantalón para bebé; además, secuestraron pasta base de cocaína que una de las hijas de la sospechosa tenía en su poder. Como es una niña, los investigadores no tienen dudas de que la mujer le dio la droga para que la escondiera.
El procedimiento estuvo a cargo de los comisarios Fabián Salvatore, Guido Romano y Francisco Juárez. Los sospechosos deberán declarar como imputados ante el juez Racedo. Los investigadores trabajan para determinar si hay algún vínculo entre los detenidos. Entre otras cosas, porque la calidad de la pasta base secuestrada era similar (de muy mala calidad) y en ambas casas trabajaban con idénticos ralladores para separar la droga. "Nosotros estamos hartos de esta gente. Yo tuve varios problemas con ellos. Ojalá se los lleven a todos del barrio", dijo indignada una vecina ante la mirada atónita de la familia de los detenidos.
Los vecinos estaban hartos. Por eso, hace dos meses, llamaron a la Policía y le dieron las direcciones de dos dealers. La respuesta fue más rápida que en otras ocasiones. Ayer al mediodía, agentes de la Dirección General de Drogas Peligrosas (Digedrop) irrumpieron en el barrio y realizaron dos allanamientos. Tres mujeres y un hombre fueron arrestados y la Policía secuestró casi 200 gramos de pasta base de cocaína, lo que equivale a unas 380 dosis de "paco".
La investigación está en manos del juez federal Mario Agustín Racedo, quien ordenó los procedimientos. Desde mayo, el oficial principal Jorge Nacusse y su equipo se apostaron estratégicamente en la barriada para recolectar evidencias. Así, se supo que había dos puntos de venta en la zona de calle Yamandú Rodríguez al 500.
Para llegar a la primera, se debe recorrer un pasillo angosto que conduce hacia una cancha de fútbol. "De vez en cuando, algunos chicos se animan a jugar a la pelota en un rincón. Pero cuando los dealers ven algún desconocido por acá le comienzan a tirar piedras", reveló una fuente cercana a la pesquisa.
La segunda propiedad está situada en una de las calles más transitadas de la Costanera. "Todo el mundo sabe a qué se dedican", comentó una jovencita que vive en esa cuadra.
Ayer, los policías de la Digedrop llegaron al vecindario escoltados por agentes del grupo CERO. "Algunos nos insultaron, pero la inmensa mayoría se mostró contenta de vernos", dijo un investigador.
En una de las casas, la Policía arrestó al "Pollo", de 61 años; a "La Gorda", de 51; y a "La Pepona", de 30. En el bolsillo de una campera había pasta base de cocaína suficiente para fabricar 300 dosis de "paco". Además, los investigadores se incautaron de $ 3.100 y de tres celulares. Según los investigadores, una de las sospechosas es familiar de un conocido dealer del barrio, vinculado a Hugo "El Rengo Ordóñez" Teves, quien fue asesinado el año pasado y tenía dos condenas por infracciones a la ley de drogas.
En la segunda casa, los policías aprehendieron a una mujer de 40 años. Hallaron "paco" en el bolsillo de un pantalón para bebé; además, secuestraron pasta base de cocaína que una de las hijas de la sospechosa tenía en su poder. Como es una niña, los investigadores no tienen dudas de que la mujer le dio la droga para que la escondiera.
El procedimiento estuvo a cargo de los comisarios Fabián Salvatore, Guido Romano y Francisco Juárez. Los sospechosos deberán declarar como imputados ante el juez Racedo. Los investigadores trabajan para determinar si hay algún vínculo entre los detenidos. Entre otras cosas, porque la calidad de la pasta base secuestrada era similar (de muy mala calidad) y en ambas casas trabajaban con idénticos ralladores para separar la droga. "Nosotros estamos hartos de esta gente. Yo tuve varios problemas con ellos. Ojalá se los lleven a todos del barrio", dijo indignada una vecina ante la mirada atónita de la familia de los detenidos.
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