20 Junio 2010
JURA. Alumnos de escuelas municipales hicieron su promesa a la Bandera.
¿En qué se inspiró Manuel Belgrano para elegir los colores de la Bandera? Existen mitos y creencias diferentes. En la escuela primaria, a los niños le cuentan la historia de que Belgrano se inspiró en los colores del cielo, celeste y blanco, para diseñar la Bandera. Esa es la versión propuesta por Bartolomé Mitre, que, al hablar de Belgrano, afirma: "... Las tropas ocuparon sus puestos de combate. Eran las seis y media de la tarde y, en aquel momento se enarboló en ambas baterías, la bandera azul y blanca, reflejo del hermoso cielo de la patria...."
También se invoca la religiosidad del prócer, quien se encomienda a la Virgen de La Merced antes de librar la Batalla de Tucumán, y luego del triunfo, le entrega su sable como muestra de agradecimiento y veneración. Es así que surgió de esta imagen la creencia de que Belgrano quiso plasmar en la insignia, los colores del manto de Nuestra Señora de La Merced. El legislador Jorge Mendía (que aclara que no es historiador, sino un apasionado por la historia), dijo que se inclina por esta versión. "Belgrano era un hombre sumamente religioso y yo creo que se inspiró en los colores celeste y blanco del manto de la Virgen para mandar a diseñar la enseña patria", indicó.
Para otros entendidos, Belgrano, además de ser sumamente religioso y un militar decidido, fue un hombre político de sangre, y sostienen que los colores que lleva nuestra enseña respetaron los colores distintivos de la Casa de Borbón (España). Mucho se ha debatido sobre esta cuestión.
Para el presidente del Instituto Belgraniano, Luis Yanicelli -un estudioso de la vida y de la trayectoria del prócer-, la versión más aceptada, es que las franjas celeste y blanca se originan en los colores de la Orden de Carlos III de Borbón, celeste, blanco y celeste.
Dijo que desde 1808, cuando cae España en manos de Bonaparte -designando este como rey a su hermano José-, en las colonias americanas se comienza a pergeñar la idea de un estado independiente, pero gobernado por un monarca de la Casa de Borbón. "Concretamente se ofrece ese trono a Carlota Joaquina de Borbón. Esto implicaba, una independencia de España, más no de la casa real", indicó. Yanicelli asegura que en febrero de 1812, cuando Belgrano hace flamear por primera vez la Bandera en Rosario (en esa época ni siquiera era una villa), "vive en el espíritu del prócer, más fuerte que nunca, la alternativa independentista por la vía borbónica". Y dijo que así lo demuestran las cartas que Belgrano escribe a Gaspar de Vigodet, jefe realista de la Banda Oriental, a José Castelli, Juan José Paso, Manuel de Sarratea, a Antonio Alvarez Jonte y a la mismísima infanta Carlota, que por esos tiempos vivía en Brasil.
Antecedentes
Para Yanicelli, este pensamiento no era exclusivo de Belgrano, ya que el 18 de febrero de 1812, a instancias de Belgrano, el Primer Triunvirato (Feliciano Chiclana, Sarratea, Paso, y Bernardino Rivadavia), crea la Escarapela Nacional, con los colores "blanca y azul celeste". ("Obsérvese el orden de los colores", advierte Yanicelli). Apunta que en consecuencia de ello, Belgrano escribe a ese gobierno, el 27 de febrero de 1812, lo siguiente: " ?siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer al igual que los colores de la escarapela, blanco y azul celeste".
También se relacionan los colores de la insignia nacional a la lucha entre unitarios (se identificaban con el color celeste) y federales (con el rojo). "De esto se derivó que las banderas oficiales usaran más bien un color azul subido, para diferenciarse de la divisa de los repudiados opositores", escribió Carlos Páez de la Torre (h).
También se invoca la religiosidad del prócer, quien se encomienda a la Virgen de La Merced antes de librar la Batalla de Tucumán, y luego del triunfo, le entrega su sable como muestra de agradecimiento y veneración. Es así que surgió de esta imagen la creencia de que Belgrano quiso plasmar en la insignia, los colores del manto de Nuestra Señora de La Merced. El legislador Jorge Mendía (que aclara que no es historiador, sino un apasionado por la historia), dijo que se inclina por esta versión. "Belgrano era un hombre sumamente religioso y yo creo que se inspiró en los colores celeste y blanco del manto de la Virgen para mandar a diseñar la enseña patria", indicó.
Para otros entendidos, Belgrano, además de ser sumamente religioso y un militar decidido, fue un hombre político de sangre, y sostienen que los colores que lleva nuestra enseña respetaron los colores distintivos de la Casa de Borbón (España). Mucho se ha debatido sobre esta cuestión.
Para el presidente del Instituto Belgraniano, Luis Yanicelli -un estudioso de la vida y de la trayectoria del prócer-, la versión más aceptada, es que las franjas celeste y blanca se originan en los colores de la Orden de Carlos III de Borbón, celeste, blanco y celeste.
Dijo que desde 1808, cuando cae España en manos de Bonaparte -designando este como rey a su hermano José-, en las colonias americanas se comienza a pergeñar la idea de un estado independiente, pero gobernado por un monarca de la Casa de Borbón. "Concretamente se ofrece ese trono a Carlota Joaquina de Borbón. Esto implicaba, una independencia de España, más no de la casa real", indicó. Yanicelli asegura que en febrero de 1812, cuando Belgrano hace flamear por primera vez la Bandera en Rosario (en esa época ni siquiera era una villa), "vive en el espíritu del prócer, más fuerte que nunca, la alternativa independentista por la vía borbónica". Y dijo que así lo demuestran las cartas que Belgrano escribe a Gaspar de Vigodet, jefe realista de la Banda Oriental, a José Castelli, Juan José Paso, Manuel de Sarratea, a Antonio Alvarez Jonte y a la mismísima infanta Carlota, que por esos tiempos vivía en Brasil.
Antecedentes
Para Yanicelli, este pensamiento no era exclusivo de Belgrano, ya que el 18 de febrero de 1812, a instancias de Belgrano, el Primer Triunvirato (Feliciano Chiclana, Sarratea, Paso, y Bernardino Rivadavia), crea la Escarapela Nacional, con los colores "blanca y azul celeste". ("Obsérvese el orden de los colores", advierte Yanicelli). Apunta que en consecuencia de ello, Belgrano escribe a ese gobierno, el 27 de febrero de 1812, lo siguiente: " ?siendo preciso enarbolar bandera y no teniéndola, la mandé hacer al igual que los colores de la escarapela, blanco y azul celeste".
También se relacionan los colores de la insignia nacional a la lucha entre unitarios (se identificaban con el color celeste) y federales (con el rojo). "De esto se derivó que las banderas oficiales usaran más bien un color azul subido, para diferenciarse de la divisa de los repudiados opositores", escribió Carlos Páez de la Torre (h).