06 Junio 2010
VOLVER A SUS ORIGENES. La ilusión de los descendientes italianos es viajar al lugar donde nacieron sus ancestros. LA GACETA / ARCHIVO
"Entre 7.000 y 10.000 inmigrantes italianos llegaron a Tucumán entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial", dijo Rafael Verratti, del Viceconsulado de Italia en Tucumán, a LA GACETA,
"Aunque hay una gran mayoría de oriundos y descendientes de sicilianos, sardos y piamonteses, sólo dos regiones de Italia carecen de asociaciones que los representen en esta provincia", agregó Veratti.
Asimismo el vocero del ente diplomático explicó que en la actualidad, entre oriundos y descendientes hay 4.370 ciudadanos italianos radicados en la provincia más pequeña de la Argentina.
"Desde mediados de 1870 hasta 1910 la Argentina absorbió cantidades de inmigrantes italianos. Como una aspiradora enorme timoneada por un ama de casa prolija, atrajo primero a los del Norte: los caffoni, trabajadores del Piamonte, Lombardía y Friuli; los de la zona del Veneto, Emilia y Liguria. Después siguió por los del centro: Umbria, Toscana y Lazio. Por fin llegaron los napolitanos, calabreses y sicilianos, notablemente más ruidosos y expresivos", explicó el joven dependiente del viceconsulado. Asimismo detalló que "los agricultores, músicos, zapateros, ganaderos se instalaron preferentemente en Trancas, esta capital, Lules y el sur de la provincia. Además -enfatizó- hay algunas familias que se arraigaron y trascendieron en los lugares donde se instalaron. Un caso muy particular, son los Longos de Aguilares. Muy conocidos y queridos en esa ciudad".
"Italianos del norte y del sur, agricultores, viñateros, fruticultores, labradores de la tierra y de un futuro mejor cultivaron el suelo, sirvieron a esta patria y ampliaron nuestro patrimonio espiritual", dijo Bartolomé Mitre, en un extenso discurso que pronunció en el Senado de la Nación. Ese día , Mitre también elogió a los agricultores de Lombardía, del Piamonte y de Nápoles, al remarcar que "son los más hábiles y laboriosos de Europa. Ellos sembraron cereales y hortalizas; transformaron, en oasis de trigo que rompen la monotonía del paisaje, a la inculta pampa. Sin ellos no tendríamos legumbres ni conoceríamos las cebollas y las papas y en materia de agricultura estaríamos igual que los pueblos más atrasados de la tierra".
Quizás por eso en Buenos Aires se halla el consulado de Italia más concurrido del mundo. Cada día unas 400 personas hacen trámites y gestionan ciudadanías. Hoy, muchos hijos y nietos de esos italianos que apostaron por nuestro país comenzaron a desandar el camino de sus padres y de sus abuelos.
"Aunque hay una gran mayoría de oriundos y descendientes de sicilianos, sardos y piamonteses, sólo dos regiones de Italia carecen de asociaciones que los representen en esta provincia", agregó Veratti.
Asimismo el vocero del ente diplomático explicó que en la actualidad, entre oriundos y descendientes hay 4.370 ciudadanos italianos radicados en la provincia más pequeña de la Argentina.
"Desde mediados de 1870 hasta 1910 la Argentina absorbió cantidades de inmigrantes italianos. Como una aspiradora enorme timoneada por un ama de casa prolija, atrajo primero a los del Norte: los caffoni, trabajadores del Piamonte, Lombardía y Friuli; los de la zona del Veneto, Emilia y Liguria. Después siguió por los del centro: Umbria, Toscana y Lazio. Por fin llegaron los napolitanos, calabreses y sicilianos, notablemente más ruidosos y expresivos", explicó el joven dependiente del viceconsulado. Asimismo detalló que "los agricultores, músicos, zapateros, ganaderos se instalaron preferentemente en Trancas, esta capital, Lules y el sur de la provincia. Además -enfatizó- hay algunas familias que se arraigaron y trascendieron en los lugares donde se instalaron. Un caso muy particular, son los Longos de Aguilares. Muy conocidos y queridos en esa ciudad".
"Italianos del norte y del sur, agricultores, viñateros, fruticultores, labradores de la tierra y de un futuro mejor cultivaron el suelo, sirvieron a esta patria y ampliaron nuestro patrimonio espiritual", dijo Bartolomé Mitre, en un extenso discurso que pronunció en el Senado de la Nación. Ese día , Mitre también elogió a los agricultores de Lombardía, del Piamonte y de Nápoles, al remarcar que "son los más hábiles y laboriosos de Europa. Ellos sembraron cereales y hortalizas; transformaron, en oasis de trigo que rompen la monotonía del paisaje, a la inculta pampa. Sin ellos no tendríamos legumbres ni conoceríamos las cebollas y las papas y en materia de agricultura estaríamos igual que los pueblos más atrasados de la tierra".
Quizás por eso en Buenos Aires se halla el consulado de Italia más concurrido del mundo. Cada día unas 400 personas hacen trámites y gestionan ciudadanías. Hoy, muchos hijos y nietos de esos italianos que apostaron por nuestro país comenzaron a desandar el camino de sus padres y de sus abuelos.
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