07 Mayo 2010
El 8 de julio de 1994, el aeropuerto Teniente Benjamín Matienzo recibió formalmente la autorización para operar como internacional. Ese día se realizó un acto en el que participó por el entonces presidente Carlos Saúl Menem que había venido a nuestra ciudad para presidir la celebración del Día de la Independencia. A las 9.25 del 26 de julio de 1994, llegó a la estación de Cebil Pozo un avión de la empresa rusa Aeroflot que provenía de Estocolmo (Suecia). Había hecho escala en Irlanda y en Estados Unidos, donde embarcaron 132 tucumanos que habían ido a presenciar el Mundial de Fútbol. La nave que voló desde allí a Tucumán, inició así los vuelos internacionales. El 1 de diciembre de 1998, la aeroestación pasó a manos de Aeropuertos 2000, consorcio de capitales argentinos y extranjeros.
Algún amante de los refranes diría -no sin razón- que en la Argentina hay aeropuertos que nacen con estrella y otros estrellados. Desde que se hizo internacional el Matienzo nunca llegó a alcanzar la jerarquía que debería tener. Problemas con la autobomba, con las mangas, con la quema de cañaverales que lo rodean y que en ocasiones entorpecieron el aterrizaje o el despegue de los aviones, fueron una constante.
En estos días, las quejas de los usuarios se han renovado. Se cobra para usar el wi-fi cuando suele ser un servicio gratuito; en verano el aire acondicionado no siempre está encendido, y a ello se suman las tarifas desproporcionadas que cobran los taxistas a los viajeros para trasladarlos hasta el centro o cualquier otro punto de la ciudad. Los empresarios turísticos consultados por ese asunto destacaron la importancia de que la provincia haya mejorado su conectividad aérea, pero dijeron que también es fundamental que la aeroestación se halle siempre en buenas condiciones.
El titular de la Cámara de Turismo sostuvo que el aeropuerto es la primera imagen de una ciudad que tiene una persona cuando desciende del avión. Agregó que también es primordial impulsar el contacto con otras regiones. "Hoy tenemos Aerolíneas Argentinas, LAN y Sol. Pero Aerosur, que conectaba la provincia con Santa Cruz de la Sierra, con Miami y con Madrid, no está llegando. Creo que es importante que haya varias líneas para que, con una gran cantidad de asientos, lleguen más turistas", señaló el directivo.
La aeroestación no ofrece demasiados servicios ni atractivos. En 1994, el destacado pintor Pérez Celis vino a Tucumán con otros maestros y le dijo a nuestro diario: "Los arquitectos no incorporan a los artistas en ninguna de las manifestaciones públicas que se están haciendo en estos últimos años. Más allá de los progresos técnicos, lo único que va a quedar de lo que somos es el arte, como lo ha sido en todos los tiempos. De eso son conscientes los países del primer mundo, que hacen grandes obras e incorporan permanentemente a sus artistas. Entré en un excelente aeropuerto, recién, acá en Tucumán, que me pareció hermosísimo como construcción y vi que prestaron una pared para que colgaran cuadros, pero sentí que está pidiendo a gritos una convocatoria a artistas tucumanos. Más que un problema económico, creo que hay un grave problema cultural".
Sería importante que se aprovechara la importante tradición tucumana en las artes plásticas y se hiciesen, por ejemplo, murales a partir de una convocatoria pública. Sería auspicioso que quien pisara la aeroestación se sintiese recibido con calidez y no que sintiera que es un blanco para sacarle la mayor cantidad de dinero posible. Una ruta nacional, un aeropuerto -mucho más si es internacional- son las puertas de una provincia para estar comunicados con el país y con el mundo. Si maltratamos al visitante ofreciéndole servicios deficientes y caros, seguramente no tendrá ganas de regresar.
Algún amante de los refranes diría -no sin razón- que en la Argentina hay aeropuertos que nacen con estrella y otros estrellados. Desde que se hizo internacional el Matienzo nunca llegó a alcanzar la jerarquía que debería tener. Problemas con la autobomba, con las mangas, con la quema de cañaverales que lo rodean y que en ocasiones entorpecieron el aterrizaje o el despegue de los aviones, fueron una constante.
En estos días, las quejas de los usuarios se han renovado. Se cobra para usar el wi-fi cuando suele ser un servicio gratuito; en verano el aire acondicionado no siempre está encendido, y a ello se suman las tarifas desproporcionadas que cobran los taxistas a los viajeros para trasladarlos hasta el centro o cualquier otro punto de la ciudad. Los empresarios turísticos consultados por ese asunto destacaron la importancia de que la provincia haya mejorado su conectividad aérea, pero dijeron que también es fundamental que la aeroestación se halle siempre en buenas condiciones.
El titular de la Cámara de Turismo sostuvo que el aeropuerto es la primera imagen de una ciudad que tiene una persona cuando desciende del avión. Agregó que también es primordial impulsar el contacto con otras regiones. "Hoy tenemos Aerolíneas Argentinas, LAN y Sol. Pero Aerosur, que conectaba la provincia con Santa Cruz de la Sierra, con Miami y con Madrid, no está llegando. Creo que es importante que haya varias líneas para que, con una gran cantidad de asientos, lleguen más turistas", señaló el directivo.
La aeroestación no ofrece demasiados servicios ni atractivos. En 1994, el destacado pintor Pérez Celis vino a Tucumán con otros maestros y le dijo a nuestro diario: "Los arquitectos no incorporan a los artistas en ninguna de las manifestaciones públicas que se están haciendo en estos últimos años. Más allá de los progresos técnicos, lo único que va a quedar de lo que somos es el arte, como lo ha sido en todos los tiempos. De eso son conscientes los países del primer mundo, que hacen grandes obras e incorporan permanentemente a sus artistas. Entré en un excelente aeropuerto, recién, acá en Tucumán, que me pareció hermosísimo como construcción y vi que prestaron una pared para que colgaran cuadros, pero sentí que está pidiendo a gritos una convocatoria a artistas tucumanos. Más que un problema económico, creo que hay un grave problema cultural".
Sería importante que se aprovechara la importante tradición tucumana en las artes plásticas y se hiciesen, por ejemplo, murales a partir de una convocatoria pública. Sería auspicioso que quien pisara la aeroestación se sintiese recibido con calidez y no que sintiera que es un blanco para sacarle la mayor cantidad de dinero posible. Una ruta nacional, un aeropuerto -mucho más si es internacional- son las puertas de una provincia para estar comunicados con el país y con el mundo. Si maltratamos al visitante ofreciéndole servicios deficientes y caros, seguramente no tendrá ganas de regresar.
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