El sello de la costumbre, la religión y la historia

El sello de la costumbre, la religión y la historia

11 Abril 2010
El nombre de un barrio es tan importante para sus vecinos como lo es para cada ciudadano su identificación personal. En la capital hay muchas comunidades que no tienen todavía una denominación y otras que sí, pero sus habitantes no la reconocen.

Las primeras comunidades solían asignar los nombres de sus barrios de acuerdo a la religión o al club que se erigía en la zona. Villa Luján, San Cayetano y Don Bosco son algunos ejemplos. Otros barrios recibieron el nombre que la constructora encargada de levantarlo eligió. Muchas barriadas tienen nombres graciosos, producto de la denominación común que le daban sus vecinos: Villa Piolín, Los Pitufos, la Canchita y El Tuquito. También hay barrios que le generan serios problemas de identidad a sus habitantes, como aquellos denominados por el número de casas que tienen (240 Viviendas).

Existen 16 ampliaciones de barrios y nueve comunidades que se refieren a fechas de hechos históricos. Muchos barrios llevan la identificación del oficio de sus habitantes y también resulta curioso en el listado oficial la designación "Evangelina Salazar" para dos complejos habitacionales (uno en Colón al 2.300 y el otro en Olleros al 2.300).

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