04 Abril 2010
CON LA LUZ. Benedicto XVI alumbró la Basílica de San Pedro en penumbras. REUTERS
ROMA.- El papa Benedicto XVI presidió ayer ante miles de creyentes la Vigilia Pascual en la Basílica de San Pedro en medio del escándalo de abusos sexuales que afecta a la Iglesia católica.
Durante la ceremonia festiva, se prendió anoche la luz pascual, que fue llevada a la Basílica de San Pedro. La vela, que alumbró la basílica, que hasta ese entonces estaba en semipenumbra, simboliza la resurrección de Jesús de entre los muertos.
Durante el servicio religioso, según lo dicta la tradición, el Papa, de 82 años, bautizó a cinco adultos y a un niño de cinco países, entre ellos cuatro mujeres.
El mensaje
En su prédica, Benedicto instó a deshacerse de los "viejos vestidos" nombrados por San Pablo como el abuso, la inmoralidad, la idolatría, el interés personal y la envidia. También recordó que San Pablo nombró "nuevos vestidos" como el amor, la paz, la paciencia, la fidelidad y el autocontrol.
El papa también calificó el bautizo como un rechazo "de un tipo de cultura que encadena el nombre a la adoración del poder, al mundo de la avidez, a la mentira y la crueldad". El pontífice también criticó el deseo del hombre de obtener una medicina de la inmortalidad y una hierba contra la muerte. "Si el hombre pudiera vivir varios siglos se extinguiría la capacidad de lo nuevo y una vida eterna no sería un paraíso, sino más bien una maldición", manifestó el pontífice.
Hoy, Benedicto XVI brindará la Misa de Pascua en la Plaza de San Pedro. Esta misa, durante la cual se pronuncia también la bendición "urbi et orbi", es considerada tradicionalmente uno de los momentos culminantes de los festejos de Pascua.
Las críticas
En tanto, el "Osservatore Romano", diario de la Santa Sede, sostuvo ayer que las críticas hacia el Vaticano por su modo de enfrentar los abusos sexuales a niños, por parte de sacerdotes son una burda propaganda contra el Papa y contra los católicos. (DPA-Télam)
Durante la ceremonia festiva, se prendió anoche la luz pascual, que fue llevada a la Basílica de San Pedro. La vela, que alumbró la basílica, que hasta ese entonces estaba en semipenumbra, simboliza la resurrección de Jesús de entre los muertos.
Durante el servicio religioso, según lo dicta la tradición, el Papa, de 82 años, bautizó a cinco adultos y a un niño de cinco países, entre ellos cuatro mujeres.
El mensaje
En su prédica, Benedicto instó a deshacerse de los "viejos vestidos" nombrados por San Pablo como el abuso, la inmoralidad, la idolatría, el interés personal y la envidia. También recordó que San Pablo nombró "nuevos vestidos" como el amor, la paz, la paciencia, la fidelidad y el autocontrol.
El papa también calificó el bautizo como un rechazo "de un tipo de cultura que encadena el nombre a la adoración del poder, al mundo de la avidez, a la mentira y la crueldad". El pontífice también criticó el deseo del hombre de obtener una medicina de la inmortalidad y una hierba contra la muerte. "Si el hombre pudiera vivir varios siglos se extinguiría la capacidad de lo nuevo y una vida eterna no sería un paraíso, sino más bien una maldición", manifestó el pontífice.
Hoy, Benedicto XVI brindará la Misa de Pascua en la Plaza de San Pedro. Esta misa, durante la cual se pronuncia también la bendición "urbi et orbi", es considerada tradicionalmente uno de los momentos culminantes de los festejos de Pascua.
Las críticas
En tanto, el "Osservatore Romano", diario de la Santa Sede, sostuvo ayer que las críticas hacia el Vaticano por su modo de enfrentar los abusos sexuales a niños, por parte de sacerdotes son una burda propaganda contra el Papa y contra los católicos. (DPA-Télam)
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