Por Nora Jabif
02 Abril 2010
Si la contienda electoral en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) se manifestó a fines de 2009 de modo tempestuoso, no parece que en este último tramo vaya a amainar la tormenta. En apenas dos semanas, en el ámbito de la Universidad se han manifestado numerosas situaciones que grafican el sismo cívico que agita la vida de la institución, y que, además, perturba su rutina diaria.
El martes pasado, el rector Juan Alberto Cerisola levantó abruptamente la sesión del Consejo Superior, frenando así la presentación del dictamen de la comisión de Interpretación y Reglamento que, por lo que se supone - porque finalmente no se hizo público - cuestionaba el informe del rectorado (expuesto en diciembre) sobre el modo como se invirtieron los casi $ 400 millones de regalías que recibió la UNT desde 2006 por su participación en Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD), que conforma una UTE con Minera Alumbrera. Para levantar la sesión, Cerisola argumentó que en la Comisión de Interpretación y Reglamento, donde hay mayoría "anticerisolista" (apoyan la candidatura al rectorado de la fórmula "María Luisa Rossi de Hernández - Pablo Holgado) se transgredió el reglamento interno de funcionamiento del Consejo Superior en su artículo 38. En ese apartado de la normativa del cuerpo se señala: "una vez discutido un asunto con quórum de la comisión y elaborado el dictamen, transcurridos 15 días sin que se produzcan disidencias, el dictamen se elevará al Consejo Superior con las firmas que tuviera". Por la mañana, los consejeros afines a Cerisola en la comisión, que son minoría, se habían presentado acompañados por un escribano para dejar sentado que la mayoría no les otorgaba el plazo dispuesto por reglamento para emitir su propio dictamen. Del otro lado, los consejeros opositores afirman que sus pares cerisolistas tuvieron tiempo - el verano - para emitir su propio dictamen, pero que no lo hicieron.
Finalmente, el jueves mismo, Cerisola llamó a sesión para el 22 de abril, con lo cual la minoría que lo apoya en el Consejo tiene los 15 días establecidos por reglamento para emitir su propio dictamen sobre el uso de los fondos de YMAD y Minera Alumbrera. Es cierto que lo hizo en cumplimiento del reglamento; pero es cierto también que de ese modo el cerisolismo se da con el gusto de dilatar la presentación pública sobre el tema, ante un cuerpo en el que Cerisola hoy no tiene mayoría. Casualidad o no, el 20 de abril - es decir, dos días antes de la fecha fijada para la sesión - arranca el cronograma electoral en la UNT, con la elección de los candidatos docentes en los consejos directivos de las facultades. Ese mismo día vence asimismo el plazo para la presentación de los candidatos a decanos y vicedecanos y a rector y vicerrector. En las calendas de la UNT, el 22 de abril ya habrá pasado la primera tormenta, y al oficialismo cerisolista no le dolerá tanto un informe que, se sospecha, le será adverso.
En diciembre, el grupo de consejeros superiores afines a la fórmula "Hernández -Holgado" había rechazado una propuesta que hizo entonces el decano de Derecho, José Luis Vázquez, de llamar a una auditoría externa en toda la Universidad, y en cada una de las 13 facultades, para que esa fuente ajena a la institución analizara cómo se invirtieron los casi $400 millones provenientes de las regalías mineras. Valga recordar que esos fondos están destinados a obras; y que la oposición se ha dedicado a investigar en detalle cómo se volcó ese dinero en obras y qué marco jurídico se usó (se cuestiona que no se aplique la ley de Obras Públicas, con el argumento de que esos fondos no provienen del Tesoro nacional, sino, en este caso, de la UTE). Para escarbar con minucia, los opositores al rector contaron con el asesoramiento "técnico -político" del decano de Arquitectura y candidato a vicerrector, Pablo Holgado. Sin embargo, en tiempos electorales, es de suponer que la mirada distante de una auditoría externa (podría haber sido la mejor, ya que las regalías pagan) le habría aportado transparencia a este momento de turbulencias en la UNT. El grupo que apoya la candidatura Rossi -Holgado explicó que rechazaron la auditoría "porque primero hay que agotar las instancias internas de debate". Pero una cosa es el debate, y otra es la guerra. Como ese sector ha tenido mayoría en el Consejo Superior desde el divorcio político entre Cerisola y la actual vicerrectora y candidata a rectora, se ha sentido ganador cuando la arena eran las sesiones del Consejo Superior. Pero esa ventaja ya llega a su fin, y la batalla se traslada al seno de cada una de las trece facultades que integran la UNT. El 20 de abril, en cada unidad académica, se elegirán los seis candidatos docentes por cada consejo directivo, que también se integra con un representante de los no docentes (votan el 23); uno por los graduados (van a las urnas el 27) y tres por los estudiantes (el 29 de abril), que como cuerpo elegirán sus respectivos decanos. Finalmente, el 18 de mayo, la Asamblea Universitaria (integrada por 156 miembros), elegirá rector, por el sistema de elección indirecta. En diciembre surgió una corriente que quiso instalar el debate sobre la necesidad de instalar en la UNT el sistema de elección directa. Tuvo escaso eco, por lo tardío. Es de esperar que las iniciativas para darle más democracia y más institucionalidad a la universidad se generen al inicio de cada período de gobierno y no al final, cuando hasta las propuestas más loables terminan confundidas con las apetencias de poder.
El martes pasado, el rector Juan Alberto Cerisola levantó abruptamente la sesión del Consejo Superior, frenando así la presentación del dictamen de la comisión de Interpretación y Reglamento que, por lo que se supone - porque finalmente no se hizo público - cuestionaba el informe del rectorado (expuesto en diciembre) sobre el modo como se invirtieron los casi $ 400 millones de regalías que recibió la UNT desde 2006 por su participación en Yacimientos Mineros Aguas de Dionisio (YMAD), que conforma una UTE con Minera Alumbrera. Para levantar la sesión, Cerisola argumentó que en la Comisión de Interpretación y Reglamento, donde hay mayoría "anticerisolista" (apoyan la candidatura al rectorado de la fórmula "María Luisa Rossi de Hernández - Pablo Holgado) se transgredió el reglamento interno de funcionamiento del Consejo Superior en su artículo 38. En ese apartado de la normativa del cuerpo se señala: "una vez discutido un asunto con quórum de la comisión y elaborado el dictamen, transcurridos 15 días sin que se produzcan disidencias, el dictamen se elevará al Consejo Superior con las firmas que tuviera". Por la mañana, los consejeros afines a Cerisola en la comisión, que son minoría, se habían presentado acompañados por un escribano para dejar sentado que la mayoría no les otorgaba el plazo dispuesto por reglamento para emitir su propio dictamen. Del otro lado, los consejeros opositores afirman que sus pares cerisolistas tuvieron tiempo - el verano - para emitir su propio dictamen, pero que no lo hicieron.
Finalmente, el jueves mismo, Cerisola llamó a sesión para el 22 de abril, con lo cual la minoría que lo apoya en el Consejo tiene los 15 días establecidos por reglamento para emitir su propio dictamen sobre el uso de los fondos de YMAD y Minera Alumbrera. Es cierto que lo hizo en cumplimiento del reglamento; pero es cierto también que de ese modo el cerisolismo se da con el gusto de dilatar la presentación pública sobre el tema, ante un cuerpo en el que Cerisola hoy no tiene mayoría. Casualidad o no, el 20 de abril - es decir, dos días antes de la fecha fijada para la sesión - arranca el cronograma electoral en la UNT, con la elección de los candidatos docentes en los consejos directivos de las facultades. Ese mismo día vence asimismo el plazo para la presentación de los candidatos a decanos y vicedecanos y a rector y vicerrector. En las calendas de la UNT, el 22 de abril ya habrá pasado la primera tormenta, y al oficialismo cerisolista no le dolerá tanto un informe que, se sospecha, le será adverso.
En diciembre, el grupo de consejeros superiores afines a la fórmula "Hernández -Holgado" había rechazado una propuesta que hizo entonces el decano de Derecho, José Luis Vázquez, de llamar a una auditoría externa en toda la Universidad, y en cada una de las 13 facultades, para que esa fuente ajena a la institución analizara cómo se invirtieron los casi $400 millones provenientes de las regalías mineras. Valga recordar que esos fondos están destinados a obras; y que la oposición se ha dedicado a investigar en detalle cómo se volcó ese dinero en obras y qué marco jurídico se usó (se cuestiona que no se aplique la ley de Obras Públicas, con el argumento de que esos fondos no provienen del Tesoro nacional, sino, en este caso, de la UTE). Para escarbar con minucia, los opositores al rector contaron con el asesoramiento "técnico -político" del decano de Arquitectura y candidato a vicerrector, Pablo Holgado. Sin embargo, en tiempos electorales, es de suponer que la mirada distante de una auditoría externa (podría haber sido la mejor, ya que las regalías pagan) le habría aportado transparencia a este momento de turbulencias en la UNT. El grupo que apoya la candidatura Rossi -Holgado explicó que rechazaron la auditoría "porque primero hay que agotar las instancias internas de debate". Pero una cosa es el debate, y otra es la guerra. Como ese sector ha tenido mayoría en el Consejo Superior desde el divorcio político entre Cerisola y la actual vicerrectora y candidata a rectora, se ha sentido ganador cuando la arena eran las sesiones del Consejo Superior. Pero esa ventaja ya llega a su fin, y la batalla se traslada al seno de cada una de las trece facultades que integran la UNT. El 20 de abril, en cada unidad académica, se elegirán los seis candidatos docentes por cada consejo directivo, que también se integra con un representante de los no docentes (votan el 23); uno por los graduados (van a las urnas el 27) y tres por los estudiantes (el 29 de abril), que como cuerpo elegirán sus respectivos decanos. Finalmente, el 18 de mayo, la Asamblea Universitaria (integrada por 156 miembros), elegirá rector, por el sistema de elección indirecta. En diciembre surgió una corriente que quiso instalar el debate sobre la necesidad de instalar en la UNT el sistema de elección directa. Tuvo escaso eco, por lo tardío. Es de esperar que las iniciativas para darle más democracia y más institucionalidad a la universidad se generen al inicio de cada período de gobierno y no al final, cuando hasta las propuestas más loables terminan confundidas con las apetencias de poder.