Elitismo y restricción

Elitismo y restricción

Por María José Cisneros - Docente de Cultura y Comunicación.

21 Marzo 2010
La apelación al concepto de "cultura general" suele llevarse a cabo cuando se considera que existen ciertos conocimientos básicos que una persona debe tener para poder desempeñarse adecuadamente en sociedad. Semejante requerimiento suele fundarse en una concepción restringida y elitista de cultura, que considera que existe gente "culta" o "inculta" según el grado de formación intelectual que posea.

Una concepción que ha sido puesta en entredicho, desde hace un tiempo ya, por las Ciencias Sociales -muy especialmente por la Antropología- en tanto se concibe a la cultura como un todo complejo, que implica una red de modos de obrar, sentir y pensar que los hombres tejen entre sí como miembros de una determinada comunidad.

Con lo cual, por un lado, todas las prácticas sociales son prácticas culturales (desde el modo en que saludamos, nos vestimos hasta las producciones artísticas, científicas, etc.); por otro, no hay individuos incultos. Ver un partido de fútbol o asistir a una velada en el Colón son opciones que pertenecen en igual medida al ámbito de la cultura.

No obstante, no debemos desestimar del todo el uso de un concepto como el de "cultura general", porque, al aludir este a ese núcleo de saberes básicos que un individuo debe tener para ser considerado culto, pone de manifiesto una cuestión fundamental a la hora de reflexionar sobre la cultura: la cuestión del poder. En efecto, en toda cultura hay prácticas que se consideran más legítimas o valiosas que otras porque hay grupos de poder que logran imponer su forma de vida al resto. En este sentido, puede comprenderse por qué para gran parte de nuestra sociedad, hace más a nuestra "cultura general" el escuchar música clásica que cumbia villera. Los criterios de valoración impuestos por la cultura dominante así lo establecen.

La escuela durante mucho tiempo fue la principal encargada de formarnos en los conocimientos y valores que hacían a lo que la sociedad entendía como cultura general. El acceso a la escolaridad era garantía de ello. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, dado el enorme desarrollo de la sociedad de la información, esto parece haber cambiado.

Me es imposible en estas breves líneas dar cuenta de tan complejo asunto, quisiera con todo, dejar planteadas algunas cuestiones al respecto: ¿acaso es -como muchos sostienen- condición "sine qua non" para ser poseedor de lo que la sociedad actual considera cultura general tener acceso a los medios masivos de comunicación (particularmente internet)? Si esto es así, ¿son los medios masivos de comunicación los principales legitimadores de aquellos saberes que forman parte de nuestra "cultura general"?

¿Qué función le cabe entonces, frente a este panorama, a la escuela? A mi entender, la de apostar por la formación de un pensamiento crítico y reflexivo que sea capaz de cuestionar a todos aquellos grupos de poder que intentan hacer de su cultura nuestra cultura general.

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