"Internet es condición necesaria, pero no suficiente para el conocimiento"

"Internet es condición necesaria, pero no suficiente para el conocimiento"

EJECUTIVO DEL BUSCADOR. Arébalos defiende el valor de la cultura local. CORTESIA DE GOOGLE EJECUTIVO DEL BUSCADOR. Arébalos defiende el valor de la cultura local. CORTESIA DE GOOGLE
21 Marzo 2010
El conocimiento exige un esfuerzo superior a la mera acumulación de datos. Alberto Arébalos (Buenos Aires, 1961), director de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Google para Latinoamérica, confirma la tesis: "internet es condición necesaria, pero no suficiente para el conocimiento. Permite que los chicos de Chaco o Mendoza accedan a la versión digital del Museo Nacional de Bellas Artes, que es más fácil y barato que viajar a la Capital. Pero lo que el chico pueda hacer con esa información dependerá de los mecanismos de análisis y asociación que haya adquirido en la escuela".

Defensor del entorno digital como plataforma de democratización del saber ("el acceso a la información ya no está sujeto a las posibilidades que ofrece el lugar de residencia o de nacimiento del usuario", reflexiona), Arébalos considera que la reducción de las operaciones de búsqueda a los resultados de la banda ancha no puede ser reprochada a la tecnología. "El acceso fácil que procura internet perjudica la consulta a otras fuentes tradicionales, como los libros. Pero la cuestión responde a una práctica educativa", insiste.

El coautor de la obra "La revolución horizontal" (2009), sociólogo y ex periodista -trabajó en la agencia Reuters- atiende el llamado telefónico de LA GACETA en un intervalo de una reunión de trabajo en el Distrito Federal mexicano. Afirma que, según las estadísticas de Google sobre las búsquedas más frecuentes de Argentina y la región -que no incluyen los temas de sexo-, la mayoría de los usuarios busca noticias y redes sociales. "Pero si uno mira con más detalle, encontrará que cada vez más gente usa internet para canalizar inquietudes académicas o por razones de investigación científica", detalla.

- Algunos especialistas aseveran que Google ha logrado que ya no sea necesario memorizar hechos, nombres y fechas. ¿Está de acuerdo?

- También dijeron eso 500 años atrás. La Iglesia estaba bastante molesta con Gutenberg porque la imprenta popularizaba el conocimiento: ya no iba a ser necesario aprender los evangelios de memoria. Ahora que tenemos los datos en línea, lo importante es saber construir relaciones. Google o cualquier otro buscador puede dar el acceso inmediato a la información, pero, de poco servirá si el ciudadano no sabe qué hacer con eso.

- ¿La globalización obliga a enfatizar el estudio y la divulgación de la cultura local?

- La cultura local es sumamente importante. Mucho se dijo sobre la formación de una aldea global, pero, en realidad, somos un globo de aldeas. Asistimos a la reafirmación de un sinnúmero de identidades nacionales: en el Cáucaso, en Medio Oriente, en España. Internet no tiende a la homogeneización de la cultura, sino que permite la particularización. Las comunidades se conectan a partir de sus intereses más inmediatos. Y la cultura es uno de ellos.

- ¿Existe el saber que no está en internet?

-Por supuesto. Empezamos a escanear libros para el proyecto Google Books básicamente porque hay mucha información que no está en línea. Y sigue sin estar, pese a que tenemos casi 10 millones de volúmenes escaneados hasta el momento. Nuestra intención no es que el público baje el libro y lo lea gratis sino que, si uno busca la palabra "hielo", una de las referencias sea la primera oración de "Cien años de soledad", de García Márquez. Ese dato agrega valor a la búsqueda.

- Si el acceso a la información es gratuito, ¿cuáles son los incentivos para producirla?

- Los contenidos no tienen por qué ser gratuitos. En Google Books hay que pagar para leer los libros que no están en el dominio público. Muchas editoriales que participan del programa han visto cómo sus ganancias aumentaron a partir de obras que no tenían espacio en las librerías.

- Sin embargo, muchos autores y editores se sienten amenazados...

- Google siempre ha respetado la protección de los derechos del autor. Hay discrepancias técnicas propias de una situación nueva. Las iniciativas parecidas a Google Books han fracasado. El proyecto beneficia a muchas bibliotecas porque garantiza la conservación de un ejemplar expuesto al robo y la destrucción física.

- ¿Qué opina sobre la acusación de monopolio que pesa sobre Google?

- La compañía claramente ofrece servicios gratuitos. No es posible hablar de monopolio cuando no hay nada en venta. Por otro lado, nadie obliga a buscar con Google y nadie impide el uso de otros buscadores.

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