18 Marzo 2010
Antonio Domingo Bussi sigue internado en la habitación 1 del segundo piso del Instituto de Cardiología (avenida Mitre al 700), lugar donde fue trasladado durante la tarde del martes desde su casa en un country de Yerba Buena.
Los signos vitales del ex gobernador están siendo constantemente monitoreados, dada la delicada situación en la que se encuentra por afecciones cardiovasculares y respiratorias, y por el cuadro infeccioso que motivó su internación, dispuesta por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF).
Si bien se especuló con que el ex mandatario iba a ser alojado en terapia intensiva, fue derivado a una habitación común. La atención está a cargo de sus médicos, pero con la colaboración de profesionales del Siprosa. La Policía Federal es responsable de la custodia, porque Bussi cumple prisión preventiva por las causas que enfrenta. El militar no podrá ser dado de alta sin el visto bueno de los miembros del TOF: Carlos Jiménez Montilla, Josefina Curi y Gabriel Casas.
En la mañana de ayer, al ex gobernador se le extrajo una muestra de sangre para realizar un cultivo y determinar la causa de la infección urinaria que padece. Mientras se espera el resultado, fue canalizado para comenzar con un tratamiento antibiótico.
"Mi padre pasó muy mal la noche, se siente muy deprimido y está nervioso porque no quiere seguir internado", explicó el presidente del Partido Republicano Fundacional, Luis José Bussi. "Tememos que su situación se agrave con una septicemia, a causa de la enfermedad cardíaca tan grave que padece", añadió.
El legislador Ricardo Bussi, en tanto, fue contundente. "Nunca estuvo en condiciones de soportar situaciones de estrés, ni debería haber estado jamás en juicio porque su estado no se lo permitía", afirmó. El titular de FR relativizó la apreciación del médico perito de la querella, Alfredo Neme Scheij, quien afirmó que Bussi debía ser internado porque no estaba siendo bien atendido en su domicilio. "Niego que haya estado desatendido, más allá de lo que digan los payasos de siempre que se aferraron a esa expresión, como el fiscal federal Alfredo Terraf, cuyo accionar es penoso y lamentable", aseveró.
Los signos vitales del ex gobernador están siendo constantemente monitoreados, dada la delicada situación en la que se encuentra por afecciones cardiovasculares y respiratorias, y por el cuadro infeccioso que motivó su internación, dispuesta por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF).
Si bien se especuló con que el ex mandatario iba a ser alojado en terapia intensiva, fue derivado a una habitación común. La atención está a cargo de sus médicos, pero con la colaboración de profesionales del Siprosa. La Policía Federal es responsable de la custodia, porque Bussi cumple prisión preventiva por las causas que enfrenta. El militar no podrá ser dado de alta sin el visto bueno de los miembros del TOF: Carlos Jiménez Montilla, Josefina Curi y Gabriel Casas.
En la mañana de ayer, al ex gobernador se le extrajo una muestra de sangre para realizar un cultivo y determinar la causa de la infección urinaria que padece. Mientras se espera el resultado, fue canalizado para comenzar con un tratamiento antibiótico.
"Mi padre pasó muy mal la noche, se siente muy deprimido y está nervioso porque no quiere seguir internado", explicó el presidente del Partido Republicano Fundacional, Luis José Bussi. "Tememos que su situación se agrave con una septicemia, a causa de la enfermedad cardíaca tan grave que padece", añadió.
El legislador Ricardo Bussi, en tanto, fue contundente. "Nunca estuvo en condiciones de soportar situaciones de estrés, ni debería haber estado jamás en juicio porque su estado no se lo permitía", afirmó. El titular de FR relativizó la apreciación del médico perito de la querella, Alfredo Neme Scheij, quien afirmó que Bussi debía ser internado porque no estaba siendo bien atendido en su domicilio. "Niego que haya estado desatendido, más allá de lo que digan los payasos de siempre que se aferraron a esa expresión, como el fiscal federal Alfredo Terraf, cuyo accionar es penoso y lamentable", aseveró.
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