11 Marzo 2010
El ex diputado provincial José Antonio Nadef dejó en claro que prefería recordar el 11 de marzo de 1973 sin descalificar a los protagonistas actuales. "Debería ser al revés: reflexionar sobre nuestra historia para no repetir errores", dijo.
Nadef interpretó aquella fecha como la primera gran fiesta de la democracia. "No sólo porque se volvía al voto popular y se terminaba la proscripción del peronismo, sino porque conseguíamos el retorno de Perón, que había sido condenado a morir en el exilio", analizó.
El dirigente describió que el exilio del líder justicialista se había transformado en un imán muy fuerte para su generación. "Entendimos que Perón era el nombre que habían elegido los humildes para incorporarse a la historia", aseveró. El resultado obtenido por el Frejuli convocó a miles de tucumanos hasta la plaza Independencia. "Llenamos la plaza y pedimos por la libertad de todos los presos políticos para iniciar una nueva etapa, sin odios ni rencores. Con Ricardo Díaz, fuimos los diputados provinciales más jóvenes del país", destacó. Las comparaciones se tornan infranqueables en la memoria de Nadef. "Ser diputado era un orgullo. Era impensable el 'que se vayan todos'. Pero la violencia -que merece otro análisis- devoró la democracia", dijo.
Nadef interpretó aquella fecha como la primera gran fiesta de la democracia. "No sólo porque se volvía al voto popular y se terminaba la proscripción del peronismo, sino porque conseguíamos el retorno de Perón, que había sido condenado a morir en el exilio", analizó.
El dirigente describió que el exilio del líder justicialista se había transformado en un imán muy fuerte para su generación. "Entendimos que Perón era el nombre que habían elegido los humildes para incorporarse a la historia", aseveró. El resultado obtenido por el Frejuli convocó a miles de tucumanos hasta la plaza Independencia. "Llenamos la plaza y pedimos por la libertad de todos los presos políticos para iniciar una nueva etapa, sin odios ni rencores. Con Ricardo Díaz, fuimos los diputados provinciales más jóvenes del país", destacó. Las comparaciones se tornan infranqueables en la memoria de Nadef. "Ser diputado era un orgullo. Era impensable el 'que se vayan todos'. Pero la violencia -que merece otro análisis- devoró la democracia", dijo.
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