Hinchada propia y bien bullanguera

Hinchada propia y bien bullanguera

SE HICIERON SENTIR. Los tucumanos no pararon de alentar a los albirrojos. SE HICIERON SENTIR. Los tucumanos no pararon de alentar a los albirrojos.
10 Marzo 2010
COMODORO RIVADAVIA (Especial para LA GACETA).- Pese a la disposición de la AFA que restringe el acceso de los hinchas visitantes a los estadios de la "B" Nacional, San Martín contó con una pequeña hinchada. Media hora antes del inicio del partido, un grupo de 20 personas se ubicó en un sector de la platea, custodiado por policías.
La mayoría de los fanáticos que asistieron al estadio "Municipal" son tucumanos que viven en Comodoro Rivadavia; en casi todos los casos, los exilios fueron por cuestiones laborales. Adrián Petrelli vive en esta ciudad de Chubut desde hace 13 años. Salió apurado del trabajo, fue a su casa a buscar a su hijo y partió a la cancha. "Siempre que puedo vengo a alentar a San Martín, pese a la distancia", cuenta.
Luego del cotejo, otro grupo de tucumanos esperó a los jugadores a la salida del vestuario para pedirles autógrafos, camisetas o cualquier otro souvenir del equipo.
Antes de irse, Petrelli pregunta de qué barrio es el periodista, se alegra por conocer la zona y por la cercanía con la de sus orígenes. "¡Ay papito, cómo extraño Tucumán!", dice el hombre, mientras apura un choripán e invita a todos a su restaurante del kilómetro ocho. "Mi lugar funciona como comedor para empleados petroleros. Vengan a comer que se van a sentir como en casa", insiste, con esa nostalgia que sólo cultivan los emigrados.

"Ellos no hicieron mucho mérito para empatar. Pero ahora ya no hay tiempo para lamentos; debemos pensar en el partido del domingo contra Ferro. Creo que la actuación fue mejor que contra los mendocinos. Nos propusimos jugar por abajo y así llegó el gol. Roldán armó otro esquema y le salió bien". (Jorge Serrano, volante de San Martín)

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