28 Febrero 2010
Mientras que en Santiago la situación está más tranquila y se están haciendo análisis de los daños, en el sector sur, el problema es más grave. En la capital de nuestro país hubo daños en edificios, en el casco antiguo y en varias autopistas, que colapsaron.
En cambio, la situación en Talca, Curiacó y Concepción es mucho más grave. Hay profundas roturas en las carreteras, especialmente en la Panamericana, que une el sur con el norte del país. Es muy difícil llegar o irse de las poblaciones más afectadas.
Hay pueblos muy pequeños, especialmente en la zona costera, de los que todavía no se tiene noticias; no se sabe qué pasó con sus habitantes. Se produjeron oleajes en distintos sectores. Por ejemplo, en la isla Juan Fernández hay desaparecidos y muertos. Además, las ciudades más cercanas al epicentro del terremoto tienen cascos antiguos grandes, donde se produjeron daños importantes.
El hospital de Concepción, que es uno de los más grandes del país, ya está colapsado. El problema que se presenta es cómo atender a los heridos que continúan llegando a las salas de emergencias. De todos modos, es importante resaltar que no hay riesgos de epidemias ni de enfermedades. Afortunadamente, el sistema de agua potable está funcionando correctamente y tampoco hay cadáveres en las calles, como ocurrió en Haití.
La presidenta Bachelet se puso al frente de las tareas de evaluación del desastre y el presidente electo Piñera ofreció su ayuda y la de su gente. Política y administrativamente hay un trabajo en equipo. (Especial para LA GACETA)
En cambio, la situación en Talca, Curiacó y Concepción es mucho más grave. Hay profundas roturas en las carreteras, especialmente en la Panamericana, que une el sur con el norte del país. Es muy difícil llegar o irse de las poblaciones más afectadas.
Hay pueblos muy pequeños, especialmente en la zona costera, de los que todavía no se tiene noticias; no se sabe qué pasó con sus habitantes. Se produjeron oleajes en distintos sectores. Por ejemplo, en la isla Juan Fernández hay desaparecidos y muertos. Además, las ciudades más cercanas al epicentro del terremoto tienen cascos antiguos grandes, donde se produjeron daños importantes.
El hospital de Concepción, que es uno de los más grandes del país, ya está colapsado. El problema que se presenta es cómo atender a los heridos que continúan llegando a las salas de emergencias. De todos modos, es importante resaltar que no hay riesgos de epidemias ni de enfermedades. Afortunadamente, el sistema de agua potable está funcionando correctamente y tampoco hay cadáveres en las calles, como ocurrió en Haití.
La presidenta Bachelet se puso al frente de las tareas de evaluación del desastre y el presidente electo Piñera ofreció su ayuda y la de su gente. Política y administrativamente hay un trabajo en equipo. (Especial para LA GACETA)