28 Febrero 2010
LA GACETA Literaria tuvo, desde sus inicios, una regla que rápidamente formó parte de su identidad. Cualquier texto que se publicara en estas páginas podía -y puede- ser rebatido por cualquier lector, iniciando una "polémica". La aparición del texto disparador quedó siempre a criterio del director, quien podía descartar aquellos que fueran injuriosos o superficiales, los motivados exclusivamente por un afán de lucimiento personal o los que, en definitiva, no hicieran un aporte valioso ni propiciaran el debate y el intercambio fecundo de ideas. El suplemento fue el escenario de "duelos" lógicos y estéticos en los que brillaron el ingenio, la capacidad de razonar y los conocimientos de muchos de sus contendientes, muchas veces sin esconder la irritación o la vanidad de los participantes, y casi siempre despertando el interés y la risa de los lectores. En esta edición ofrecemos algunos de estos enfrentamientos, en los que aparecen escritores célebres junto a colaboradores de estas páginas discutiendo sobre las reglas de la traducción, las exigencias de la literatura, los pecados del mundo cultural y los de los propios polemistas.
© LA GACETA
LA DIRECCION
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