La Justicia acepta que algunos testigos declaren a través de una teleconferencia

Los testigos que por razones de salud no puedan asistir a la sala de audiencias del Tribunal Oral en lo Criminal Federal (TOF) podrán declarar por teleconferencia en el juicio por el funcionamiento de un centro clandestino de detención en la ex Jefatura de Policía. Esta alternativa se implementaría en casos extremos, mediante la provisión de equipamiento facilitado por la Fiscalía Federal General, que conduce Gustavo Gómez.

La técnica consiste en mantener una conferencia por video con varias personas a la vez, lo que se concreta mediante cámaras y monitores ubicados en las instalaciones donde se encuentran, en este caso, el testigo puntual y el jurado y las partes. Para que se pueda realizar adecuadamente requiere una red de alta tecnología, que permita garantizar la seguridad de la transmisión y la espontaneidad de las respuestas ante los interrogatorios, en tiempo real.

Del listado de 114 testigos, una decena alegó que no está en condiciones físicas de comparecer. Entre ellos, figuran María Esther Marquesto de Bustamante, el músico Víctor Gentilini, Delia Zarzosa, Jesús Antesana y los ex generales (r) Federico Mittelbach y Roberto Lapegüe, quien reside en Lomas de Zamora (Buenos Aires).

En estos casos, se ordenó que el equipo médico forense los revise para emitir un informe detallado sobre su estado, que describa con precisión el grado de dificultad para declarar. Si es de carácter absoluto, no pueden intervenir en el proceso y se les dará de baja del listado (por ejemplo, por cuestiones neurológicas, psicológicas o mentales), como ocurrió con la testigo Soledad Lombardini de Araldi. Si la incapacidad es relativa por una afectación motriz o alguna causa que no afecte su exposición, el TOF buscará opciones para concretar el testimonio.

Asimismo, debido su precario estado general de salud, se descartó el testimonio del escritor Ernesto Sábato, quien fue presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición Forzada de Personas (Conadep).

Además de la teleconferencia, el tribunal y las partes acusadora y defensora podrán decidir también concurrir a la casa del testigo para concretar su declaración. En el juicio por la desaparición de Guillermo Vargas Aignasse, los magistrados recurrieron a esta alternativa el 14 de agosto de 2008, con el subcomisario Eduardo Héctor González (es no vidente), a quien visitaron en su casa de Banda del Río Salí.

La nómina final de testigos no superaría el centenar, ya que cinco han fallecido y algunos han sido desistidos, como el escritor Nicolás Márquez, autor de libros reivindicatorios de lo actuado por los militares, como "La otra parte de la verdad", "La mentira oficial" y "El Vietnam argentino: la guerrilla marxista en Tucumán".

Una docena de testigos deberán ser citados nuevamente, ya que los domicilios denunciados por la parte que los propuso no son los correctos. Además, el Programa de Verdad y Justicia del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación debe citar todavía a los periodistas Magdalena Ruiz Guiñazú y a Ricardo Kirchsbaum para que concurran a declarar el jueves 4 de marzo. Los testimonios de dos integrantes del gabinete de la ex presidenta María Estela Martínez de Perón en 1975, Carlos Ruckauf y Antonio Cafiero, están programados para la última jornada de declaraciones en el juicio oral, el miércoles 7 de abril.