05 Febrero 2010
"En esta zona proliferaron los comercios, pero la vigilancia no aumentó en la misma proporción. Por eso estamos tan preocupados". Miguel Cáceres tiene un negocio en Villa Luján y, cuando se enteró del trágico episodio ocurrido ayer a la madrugada en ese barrio, quedó muy preocupado. Sin embargo, según el comisario Héctor Medina, jefe de la seccional 7ª, la seguridad en el vecindario se reforzó en el último tiempo, especialmente desde el crimen de Silvia Castillo de Roselló, perpetrado en diciembre de 2009. "Si se compara con el año pasado, en enero y febrero logramos bajar en un 60% la cantidad de robos en esta jurisdicción", aseguró el policía.
Pese a esto, los vecinos sostienen que no están tranquilos. "A todos nos preocupa mucho la inseguridad. Durante las fiestas de fin de año se vieron muchos policías recorriendo la zona, pero en las últimas semanas casi desaparecieron. Después de las 10 de la noche, esto se convierte en tierra de nadie", remarcó Melina Sánchez, empleada de una agencia de quinielas situada a pocos metros del comercio de la familia Tonetti. La mujer de 30 años agregó: "a veces me toca salir en el turno noche y llevar la recaudación. Siempre voy aterrada, porque en esta zona hay muchos arrebatos. Incluso, una clienta me contó hace poco que un nene de siete u ocho años trató de asaltarla a una cuadra de acá".
"Acá siempre ocurren estas cosas; los delincuentes ya no respetan nada", dijo Carlos Morales, en alusión al hecho que culminó ayer con la muerte de Juan Gutiérrez.
Cáceres, en tanto, añadió que los delincuentes suelen aprovechar la oscuridad. "Hay mucho arrebato. Por suerte, nunca me tocó pasar por una situación tan fea como la que vivió esta familia (por los Tonetti), pero el miedo siempre está", dijo.
El comisario Medina intentó transmitirles seguridad a los vecinos. "A partir del crimen de la señora de Roselló se intensificó la vigilancia. Además del personal de esta comisaría, contamos con la ayuda de otras dependencias. Hasta ahora, no habíamos tenido hechos de esta trascendencia; incluso, habían disminuido los arrebatos", dijo. En ese sentido, enumeró los patrulleros que están afectados a la vigilancia. "Hay dos móviles del Comando Radioeléctrico, ocho agentes de Patrulla Motorizada y personal de Patrulla Urbana. Además, la comisaría cuenta con una motocicleta y una camioneta para trabajar exclusivamente en esta jurisdicción", dijo.
El jefe de Policía, comisario general Hugo Sánchez, dijo que el crimen de Roselló y la muerte de Gutiérrez no se produjeron en circunstancias idénticas. "Pueden haber tenido algunas similitudes en cuanto a que los presuntos agresores se movilizaban en motocicletas. Pero en el primero de los hechos los delincuentes buscaban entrar a la casa; en este último serían motoarrebatadores", explicó. A la vez, advirtió que no es recomendable enfrentarse a un asaltante armado. "Lógicamente, en este caso el joven (por Facundo Tonetti) intercedió porque su madre era la víctima. Pero, dentro de lo posible, no se debe confrontar. Hay gente que no respeta la vida ajena, y eso es algo que no debe perderse de vista", aconsejó Sánchez.
Pese a esto, los vecinos sostienen que no están tranquilos. "A todos nos preocupa mucho la inseguridad. Durante las fiestas de fin de año se vieron muchos policías recorriendo la zona, pero en las últimas semanas casi desaparecieron. Después de las 10 de la noche, esto se convierte en tierra de nadie", remarcó Melina Sánchez, empleada de una agencia de quinielas situada a pocos metros del comercio de la familia Tonetti. La mujer de 30 años agregó: "a veces me toca salir en el turno noche y llevar la recaudación. Siempre voy aterrada, porque en esta zona hay muchos arrebatos. Incluso, una clienta me contó hace poco que un nene de siete u ocho años trató de asaltarla a una cuadra de acá".
"Acá siempre ocurren estas cosas; los delincuentes ya no respetan nada", dijo Carlos Morales, en alusión al hecho que culminó ayer con la muerte de Juan Gutiérrez.
Cáceres, en tanto, añadió que los delincuentes suelen aprovechar la oscuridad. "Hay mucho arrebato. Por suerte, nunca me tocó pasar por una situación tan fea como la que vivió esta familia (por los Tonetti), pero el miedo siempre está", dijo.
El comisario Medina intentó transmitirles seguridad a los vecinos. "A partir del crimen de la señora de Roselló se intensificó la vigilancia. Además del personal de esta comisaría, contamos con la ayuda de otras dependencias. Hasta ahora, no habíamos tenido hechos de esta trascendencia; incluso, habían disminuido los arrebatos", dijo. En ese sentido, enumeró los patrulleros que están afectados a la vigilancia. "Hay dos móviles del Comando Radioeléctrico, ocho agentes de Patrulla Motorizada y personal de Patrulla Urbana. Además, la comisaría cuenta con una motocicleta y una camioneta para trabajar exclusivamente en esta jurisdicción", dijo.
El jefe de Policía, comisario general Hugo Sánchez, dijo que el crimen de Roselló y la muerte de Gutiérrez no se produjeron en circunstancias idénticas. "Pueden haber tenido algunas similitudes en cuanto a que los presuntos agresores se movilizaban en motocicletas. Pero en el primero de los hechos los delincuentes buscaban entrar a la casa; en este último serían motoarrebatadores", explicó. A la vez, advirtió que no es recomendable enfrentarse a un asaltante armado. "Lógicamente, en este caso el joven (por Facundo Tonetti) intercedió porque su madre era la víctima. Pero, dentro de lo posible, no se debe confrontar. Hay gente que no respeta la vida ajena, y eso es algo que no debe perderse de vista", aconsejó Sánchez.