19 Enero 2010
REUTER
La sede del Mundial 2010 se rindió a los pies del entrenador de la Selección que causó una verdadera revolución cuando arribó a Johannesburgo. El motivo de la visita de Diego fue para conocer las instalaciones de la Universidad de Pretoria, búnker elegido para la estadía del combinado nacional en el país africano. "Sabemos que no somos los favoritos pero tenemos un gran entusiasmo. Queremos romper la maldición después de 24 años sin ganar", se esperanzó el DT, que se retiró conforme con las refacciones realizadas en el predio, aunque pidió que amplíen su futura habitación.
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