En torno del mate se entretejen historias y crece la amistad

En torno del mate se entretejen historias y crece la amistad

Turistas y tucumanos participan del Encuentro de Materos, al pie del Cristo de San Javier.

SE SIGUE UNA RONDA. Amargo o dulce, solo o acompañado con pan casero, bollo o rosquetes, el mate en bombilla forma parte de la identidad nacional. LA GACETA / FRANCO VERA SE SIGUE UNA RONDA. Amargo o dulce, solo o acompañado con pan casero, bollo o rosquetes, el mate en bombilla forma parte de la identidad nacional. LA GACETA / FRANCO VERA
18 Enero 2010
El grupo de danzas "La Descendencia" baila y los turistas contemplan el espectáculo mientras toman un sabroso mate. La escena de viajeros y tucumanos tomando mate se repite los sábados de enero a partir de las 16.30, al pie del Cristo Bendicente de San Javier, en el Encuentro de Materos.

"Lo distintivo del mate, aquí en Tucumán, es que se lo toma generalmente después de la siesta, muy dulce, con el agregado de algún yuyo y siempre acompañado por tortilla, bollo o pan amasado", comenta Marisol Reckziegel, oriunda de Misiones y experta en la cultura del mate. Asegura que hay secretos detrás de esta tradicional infusión. "Es muy llamativo, en esta tierra, ver la mesa vestida y todas las cosas que hay dispuestas sobre ella o su alrededor, como el brasero", comenta, y agrega que hay un protocolo que debe seguirse cuando las personas se encuentran a tomar mate. "Cuando uno ceba, debe tomar el primer mate y luego comenzar a servir, siguiendo una ronda. Hay que ser amable, sonreír y la bombilla debe mirar hacia quien lo recibe. Sólo se debe agradecer para indicar que es el último mate, o sea que no se tomará otro", explica.

Soledad Ponce, de Santiago del Estero, sigue atenta las explicaciones de Marisol acerca del cebado y le ofrece a Rodolphe Machefaux, de Francia, un mate con poleo, costumbre de su tierra. Según Reckziegel todo mate debe ser amigable, tanto como el encuentro que lo genera. "Se tejen diversos significados, de acuerdo con las regiones, no sólo de la Argentina, sino también de países materos como Paraguay y Brasil. Si el mate que servimos quema, está lavado o simplemente feo, nuestro invitado puede tomarlo como un gesto de desprecio, de descuido, porque lastima de algún modo. En cambio, todo aditivo que se le agregue, desde canela hasta la típica cáscara de naranja, es un signo de cuidado, de que pensamos especialmente a quien servimos, que lo agasajamos de modo especial", dice.

El recipiente del mate debe caber en una mano. "Uno más chico es incómodo y con uno muy grande se desperdicia mucha yerba. Solo a la mañana siguiente se cambia la yerba y se repite todo el procedimiento", afirma la misionera. Para ella la calidad de la yerba y la temperatura del agua son fundamentales. "Luego de poner la yerba debemos tapar la boca del mate con la palma de la mano, y agitar con ritmo para que se distribuyan bien, dentro del mate, la yerba, el palo y el polvo. El agua se debe calentar hasta los 80°C, nunca debe pasar los 95°C y no debe hervirse porque, si se lo hace, el mate sale con feo gusto porque la yerba se quema y, además, con el agregado de azúcar, el mate se lava enseguida. Hay gente que moja toda la superficie y en realidad esta debe estar seca, sólo un punto permanece mojado", explica. Mientras Marisol ofrece el mate que acaba de preparar, los presentes aprenden a bailar el gato y extienden la tarde gaucha hasta que cae el sol.

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