23 Diciembre 2009
POR LA FUERZA. Cuéllar fue sacado de su cama y llevado a la selva. REUTERS
BOGOTA.- Guerrilleros asesinaron ayer al gobernador del departamento del Caquetá, Luis Francisco Cuéllar, apenas horas después de que sacaron por la fuerza de su casa y lo llevaron hasta una zona montañosa. Se trata del más grave crimen perpetrado por las FARC durante el Gobierno del presidente Alvaro Uribe, que ayer mismo, al ser informado sobre el secuestro, había ordenado al Ejército que opere para rescatar al gobernador y a todos los rehenes de la guerrilla.
El cuerpo de Cuéllar, de 69 años, con varios impactos de bala, fue hallado por soldados en un sector despoblado del selvático departamento del Caquetá, en el sur del país. Los asesinos habían rodeado el cadáver con explosivos. Cerca de allí se hallaba la camioneta en la que lo habían llevado. Toda la zona había sido sembrada con explosivos. Según fuentes policiales, el gobernador opuso resistencia a seguir caminando selva adentro, por lo que lo fusilaron.
En pijamas y descalzo
El lunes a la noche, un comando armado con fusiles de asalto y vistiendo prendas militares irrumpió en la casa del gobernador después de derribar la puerta con explosivos, y lo sacaron por la fuerza de la cama, en pijamas y descalzo, según el relato de su esposa. Antes de huir con el rehén asesinaron a un policía que prestaba servicio en la casa, ubicada en zona céntrica de Florencia, capital de Caquetá.
El último secuestro de un mandatario regional en Colombia ocurrió en abril de 2002, antes de la llegada de Uribe al poder, cuando la guerrilla tomó como rehén al gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, muerto durante un fallido rescate en 2003, junto con el asesor de paz y ex ministro de Defensa, Gilberto Echeverri.
Era su cumpleaños
Fue el quinto secuestro que había sufrido Cuéllar, que ayer cumplió 69 años. Los cuatro anteriores ocurrieron antes de que llegara a la gobernación. El funcionario era un reconocido ganadero en ese extenso y selvático departamento. Su esposa, Imelda Galindo, les había pedido entre llantos a los secuestradores que no lo mataran.
El hecho fue interpretado como un golpe a la política de seguridad de Uribe y una demostración de poder de las FARC, ya que ocurrió en una de las zonas con mayor presencia militar. El asesinato de Cuéllar se produjo en momentos en que se espera que las FARC liberen a dos militares, de un total de 24 que mantienen cautivos y que buscan intercambiar por cientos de guerrilleros presos. (Reuters)
El cuerpo de Cuéllar, de 69 años, con varios impactos de bala, fue hallado por soldados en un sector despoblado del selvático departamento del Caquetá, en el sur del país. Los asesinos habían rodeado el cadáver con explosivos. Cerca de allí se hallaba la camioneta en la que lo habían llevado. Toda la zona había sido sembrada con explosivos. Según fuentes policiales, el gobernador opuso resistencia a seguir caminando selva adentro, por lo que lo fusilaron.
En pijamas y descalzo
El lunes a la noche, un comando armado con fusiles de asalto y vistiendo prendas militares irrumpió en la casa del gobernador después de derribar la puerta con explosivos, y lo sacaron por la fuerza de la cama, en pijamas y descalzo, según el relato de su esposa. Antes de huir con el rehén asesinaron a un policía que prestaba servicio en la casa, ubicada en zona céntrica de Florencia, capital de Caquetá.
El último secuestro de un mandatario regional en Colombia ocurrió en abril de 2002, antes de la llegada de Uribe al poder, cuando la guerrilla tomó como rehén al gobernador de Antioquia, Guillermo Gaviria, muerto durante un fallido rescate en 2003, junto con el asesor de paz y ex ministro de Defensa, Gilberto Echeverri.
Era su cumpleaños
Fue el quinto secuestro que había sufrido Cuéllar, que ayer cumplió 69 años. Los cuatro anteriores ocurrieron antes de que llegara a la gobernación. El funcionario era un reconocido ganadero en ese extenso y selvático departamento. Su esposa, Imelda Galindo, les había pedido entre llantos a los secuestradores que no lo mataran.
El hecho fue interpretado como un golpe a la política de seguridad de Uribe y una demostración de poder de las FARC, ya que ocurrió en una de las zonas con mayor presencia militar. El asesinato de Cuéllar se produjo en momentos en que se espera que las FARC liberen a dos militares, de un total de 24 que mantienen cautivos y que buscan intercambiar por cientos de guerrilleros presos. (Reuters)
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