17 Diciembre 2009
Para muchos, las fiestas de fin de año tiene un sabor agridulce. Mientras la alegría y la ansiedad burbujean en el aire, el recuerdo de los seres queridos que ya no están y de las metas que no se pudo cumplir a lo largo del año que se va empañan la celebración. Sin embargo, no hay por qué dejarse ganar por la angustia y la tristeza. Para disfrutar de estas fechas especiales, se puede recurrir a varias estrategias. Si uno asiste a una reunión multitudinaria, hay que ubicarse junto a las personas con las que uno se lleve bien. Otra opción es reservar una mesa en un restaurante para vivir un festejo diferente al habitual.
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