25 Noviembre 2009
Una de las cuestiones más difíciles en el abordaje de los niños prematuros o considerados de alto riesgo es la relación de los profesionales con los padres.
"Si bien el cuidado de los padres forma parte de la atención de ese niño, todavía son muchos los profesionales -médicos y enfermeros-que ofrecen resistencia a que ingresen a la unidad en forma irrestricta. Así es como muchos servicios de neonatología permiten la entrada de las madres sólo para la alimentación y el ingreso de los papás se limita a una o dos veces al día, en horarios fijos y en cortos períodos de tiempo", explica la enfermera Nora Erpen.
Su colega, Clara Gilly, dice que el contacto de los padres con sus hijos en las unidades de cuidados intensivos constituye uno de los principales cambios de paradigma. "Antes se pensaba que la familia del recién nacido de alto riesgo tenía que permanecer lejos del bebé. Hoy se sabe que el paciente es toda la familia, y ella comparte las decisiones", detalló.
"Si bien el cuidado de los padres forma parte de la atención de ese niño, todavía son muchos los profesionales -médicos y enfermeros-que ofrecen resistencia a que ingresen a la unidad en forma irrestricta. Así es como muchos servicios de neonatología permiten la entrada de las madres sólo para la alimentación y el ingreso de los papás se limita a una o dos veces al día, en horarios fijos y en cortos períodos de tiempo", explica la enfermera Nora Erpen.
Su colega, Clara Gilly, dice que el contacto de los padres con sus hijos en las unidades de cuidados intensivos constituye uno de los principales cambios de paradigma. "Antes se pensaba que la familia del recién nacido de alto riesgo tenía que permanecer lejos del bebé. Hoy se sabe que el paciente es toda la familia, y ella comparte las decisiones", detalló.