25 Noviembre 2009
Según Chenchen Wang, el Tai Chi reúne varios aspectos recomendados para quienes sufren osteoartritis de rodilla: movimientos adecuados, flexibilidad, acondicionamiento muscular y trabajo aeróbico. Además, las características mentales del Tai Chi compensan los efectos negativos del dolor crónico y promueven un estado de bienestar psicológico, satisfacción y percepción de estar sanos. Los 20 pacientes que no practicaron Tai Chi realizaron dos clases semanales de 60 minutos: incluían 40 minutos de instrucción sobre aspectos de la enfermedad, dieta y nutrición, educación física y mental para enfrentarla, y 20 minutos de ejercicios de estiramiento para el tronco y los miembros inferiores. Cada estiramiento duraba entre 10 y 15 segundos. Luego de 12 semanas, los pacientes que habían practicado el arte marcial mostraban un descenso significativo del dolor en su rodilla en comparación con el grupo que realizó estiramientos. También observaron una mejora en la función física, la depresión y el estado de salud general en el grupo de quienes habían practicado Tai Chi. En base a esta experiencia, evaluar los mecanismos biológicos sobre los que actúa esta disciplina, con el fin de extender sus beneficios a una población más amplia.
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