"Estoy capacitada para hacer este trabajo"

Cuando le toca hacer el turno de la mañana, Susana Rodríguez se levanta a las 3 de la madrugada. A las 3.30 la pasan a buscar y a las 5 ya está en la calle a bordo de algún interno de la línea 19.
Luego de dar cinco vueltas (cada vuelta le lleva una hora y media) regresa a su casa a realizar las tareas de un ama de casa. Tiene 42 años y es madre de dos hijos: Natalia, de 21 años, y Fernando, de 18. "Ellos están muy orgullosos de lo que hace su mamá. Les encanta que yo maneje un colectivo y me apoyan mucho en todo esto", afirma.
Su comida favorita son las bombas de papa. Y, cada vez que puede, las prepara al mediodía, cuando regresa de trabajar. Las semanas en las que hace el turno de la tarde, se levanta entrada la mañana, toma un desayuno liviano, almuerza y pasado el mediodía ya está en el colectivo. Esos días, regresa a su casa después de la última vuelta, que termina a las 22.40.
Además de los motores, una de sus pasiones es la informática. "Me encanta todo lo que tenga que ver con la computadora. En mis ratos libres me meto en internet, chateo y me divierto con los juegos de mis hijos", confiesa.
Según Susana, estar al volante de un colectivo es un desafío diario. "Yo sé que manejo bien y que estoy capacitada para hacer este trabajo. Nosotros marcamos una diferencia con los hombres por la forma como tratamos al pasajero. El usuario del servicio se da cuenta de esto y también nos trata bien", asevera.