30 Octubre 2009
Una cadena de Bomberos hace guardia en el basural por temor a que se avive el fuego
Los pesquisas investigan dos teorías: una de que hubo una combustión espontánea de la basura, y otra de un incendio provocado. La comisión de municipios que trata el tema de los residuos urbanos analiza cómo acelerar el traslado a Overa Pozo.
UNA BRASA GIGANTESCA. En eso quedó transformada la montaña de basura incendiada, sobre la cual el avión hidrante continuó ayer arrojando agua. LA GACETA / JORGE OLMOS SGROSSO
Los rostros se llenan de sudor en cuestión de segundos. El predio de 50 hectáreas de Pacará Pintado se convirtió en un inmenso sauna, en el que se mezclan una espesa niebla y el olor nauseabundo de la basura. La montaña de desechos que se incendió el martes pasado es ahora una gigantesca brasa, que despide humo y abochorna el ambiente. Una cadena de bomberos monta una vigilancia permanente, porque en cualquier momento puede reavivarse el fuego.
Miles de gaviotas sobrevuelan las montañas de desechos, entumecidas por los gases malolientes. Cuando el avión hidrante despide un chorro de agua, las aves huyen rápidamente. Su aleteo es el único ruido que altera el silencio de la planta de tratamiento de residuos, donde nadie quiere hablar de lo que ocurrió la noche del martes.
Dos hipótesis
La Policía que investiga el siniestro indagó a los testigos acerca de la versión de que un camión se acercó a la celda siete de montaña de basura para descargar brasas. Esto, según una de las hipótesis, desencadenó el fuego. Voceros de la fuerza informaron que hasta ahora no hallaron pruebas que avalen la teoría del atentado, como afirma el gerente de la empresa, Mario Criado.
Aunque no han descartado esa hipótesis, los pesquisas se inclinan por las teorías de la combustión espontánea de la basura (causada por el gas metano) o de un incendio provocado (por imprudencia o intencionalmente), acaso por personas que se desempeñan en el predio. "Son pocas las probabilidades de que un camión se acerque a la montaña de residuos; generalmente llegan a la playa donde se descargan los desechos. Allí se pesa el contenido del camión y luego se separa la basura en material orgánico e inorgánico. Sólo va a parar a las celdas lo orgánico", explicó una alta fuente policial.
Otra arista que analizan los investigadores es el hecho de que el incendio ocurrió en el momento en que se lleva a cabo una pericia judicial. Se debía realizar el martes próximo, en el marco de una causa que se instruye con el objeto de determinar si la planta contamina el medio ambiente.
Desde la cima
El informe preliminar de Bomberos analizaría que, según los primeros estudios, el fuego se inició en la parte superior de la montaña de desechos y luego se extendió hacia abajo. La celda ardiente mide unos 40 metros de alto por 150 de largo y 80 de ancho. Allí se acumularon, durante un año, 146.000 toneladas de residuos provenientes de siete municipios.
El comisario Raúl Lobo, director de Bomberos, informó que se mantiene húmeda la montaña de residuos para evitar que el fuego, actualmente bajo control, se reavive. Lo que no se puede impedir es la gran cantidad de humo que sale de entre la basura y las cenizas.
Se mantiene el servicio
Fuentes de la empresa Servicios y Construcciones la Banda, a cargo de la planta, descartaron la posibilidad de que el incendio pase a otras celdas, ya que la siete está aislada. Hasta que esta se enfríe y concluyan las investigaciones, la basura que llega a diario es arrojada en otro lugar.
No se interrumpirá el servicio de recolección ni de tratamiento de desechos, aclararon las fuentes.
El siniestro hizo sonar la alarma en el recientemente creado Consorcio Metropolitano, conformado por los municipios del Gran San Miguel de Tucumán, que se encarga de la gestión de los residuos sólidos urbanos. Su presidente, el concejal Ramón Santiago Cano (PJ), manifestó su preocupación y dijo que solicitó audiencia al secretario de Medio Ambiente, Alfredo Montalván. "Necesitamos avanzar en la adecuación del predio de Overa Pozo a fin de tener un sitio alternativo", opinó.
Falta para Overa Pozo
Montalván, sin embargo, advirtió que el siniestro no acelerará el traspaso de la basura a Overa Pozo. Se esperará hasta 2010. "Todavía faltan unos dos meses para terminar de acondicionar el predio. Ya fue cercado y cuenta con energía eléctrica, pero resta instalar el servicio de agua y preparar el suelo donde serán depositados los residuos", explicó.
Detras de las llamas
"Estrago doloso".- Mario Criado informó que la empresa que gerencia, Servicios y Construcciones La Banda, formalizó acciones legales para que se determine quiénes son los responsables "del estrago doloso que produjo cuantiosas pérdidas materiales y que puso en riesgo la vida del personal de la planta y vecinos del lugar", según dijo. Aclaró que la situación ya está bajo control y que se descarta que puedan manifestarse riesgos derivados del hecho.
Cargas de 2.500 litros de agua.- El avión hidrante que volvió a trabajar ayer para mantener controlado el fuego en la planta de residuos, despegaba del Aeropuerto Internacional Benjamín Matienzo. Allí se instalaron cisternas para cargar los tanques de la aeronave, cuya capacidad es de 2.500 litros en total. La valiosa herramienta fue provista por el Gobierno nacional, en el marco del Plan Nacional de Manejo de Fuego, y su base se encuentra en Jujuy. Mientras tanto, los bomberos voluntarios de Tafí Viejo, de La Florida y de la Policía provincial mantenían inundada la celda siete, donde se desató el fuego, mediante una conexión de mangueras que permite extraer agua del río Salí.
Miles de gaviotas sobrevuelan las montañas de desechos, entumecidas por los gases malolientes. Cuando el avión hidrante despide un chorro de agua, las aves huyen rápidamente. Su aleteo es el único ruido que altera el silencio de la planta de tratamiento de residuos, donde nadie quiere hablar de lo que ocurrió la noche del martes.
Dos hipótesis
La Policía que investiga el siniestro indagó a los testigos acerca de la versión de que un camión se acercó a la celda siete de montaña de basura para descargar brasas. Esto, según una de las hipótesis, desencadenó el fuego. Voceros de la fuerza informaron que hasta ahora no hallaron pruebas que avalen la teoría del atentado, como afirma el gerente de la empresa, Mario Criado.
Aunque no han descartado esa hipótesis, los pesquisas se inclinan por las teorías de la combustión espontánea de la basura (causada por el gas metano) o de un incendio provocado (por imprudencia o intencionalmente), acaso por personas que se desempeñan en el predio. "Son pocas las probabilidades de que un camión se acerque a la montaña de residuos; generalmente llegan a la playa donde se descargan los desechos. Allí se pesa el contenido del camión y luego se separa la basura en material orgánico e inorgánico. Sólo va a parar a las celdas lo orgánico", explicó una alta fuente policial.
Otra arista que analizan los investigadores es el hecho de que el incendio ocurrió en el momento en que se lleva a cabo una pericia judicial. Se debía realizar el martes próximo, en el marco de una causa que se instruye con el objeto de determinar si la planta contamina el medio ambiente.
Desde la cima
El informe preliminar de Bomberos analizaría que, según los primeros estudios, el fuego se inició en la parte superior de la montaña de desechos y luego se extendió hacia abajo. La celda ardiente mide unos 40 metros de alto por 150 de largo y 80 de ancho. Allí se acumularon, durante un año, 146.000 toneladas de residuos provenientes de siete municipios.
El comisario Raúl Lobo, director de Bomberos, informó que se mantiene húmeda la montaña de residuos para evitar que el fuego, actualmente bajo control, se reavive. Lo que no se puede impedir es la gran cantidad de humo que sale de entre la basura y las cenizas.
Se mantiene el servicio
Fuentes de la empresa Servicios y Construcciones la Banda, a cargo de la planta, descartaron la posibilidad de que el incendio pase a otras celdas, ya que la siete está aislada. Hasta que esta se enfríe y concluyan las investigaciones, la basura que llega a diario es arrojada en otro lugar.
No se interrumpirá el servicio de recolección ni de tratamiento de desechos, aclararon las fuentes.
El siniestro hizo sonar la alarma en el recientemente creado Consorcio Metropolitano, conformado por los municipios del Gran San Miguel de Tucumán, que se encarga de la gestión de los residuos sólidos urbanos. Su presidente, el concejal Ramón Santiago Cano (PJ), manifestó su preocupación y dijo que solicitó audiencia al secretario de Medio Ambiente, Alfredo Montalván. "Necesitamos avanzar en la adecuación del predio de Overa Pozo a fin de tener un sitio alternativo", opinó.
Falta para Overa Pozo
Montalván, sin embargo, advirtió que el siniestro no acelerará el traspaso de la basura a Overa Pozo. Se esperará hasta 2010. "Todavía faltan unos dos meses para terminar de acondicionar el predio. Ya fue cercado y cuenta con energía eléctrica, pero resta instalar el servicio de agua y preparar el suelo donde serán depositados los residuos", explicó.
Detras de las llamas
"Estrago doloso".- Mario Criado informó que la empresa que gerencia, Servicios y Construcciones La Banda, formalizó acciones legales para que se determine quiénes son los responsables "del estrago doloso que produjo cuantiosas pérdidas materiales y que puso en riesgo la vida del personal de la planta y vecinos del lugar", según dijo. Aclaró que la situación ya está bajo control y que se descarta que puedan manifestarse riesgos derivados del hecho.
Cargas de 2.500 litros de agua.- El avión hidrante que volvió a trabajar ayer para mantener controlado el fuego en la planta de residuos, despegaba del Aeropuerto Internacional Benjamín Matienzo. Allí se instalaron cisternas para cargar los tanques de la aeronave, cuya capacidad es de 2.500 litros en total. La valiosa herramienta fue provista por el Gobierno nacional, en el marco del Plan Nacional de Manejo de Fuego, y su base se encuentra en Jujuy. Mientras tanto, los bomberos voluntarios de Tafí Viejo, de La Florida y de la Policía provincial mantenían inundada la celda siete, donde se desató el fuego, mediante una conexión de mangueras que permite extraer agua del río Salí.