"Las mujeres son las últimas en conseguir trabajo y las primeras en ser despedidas"

La inauguración del XXIV Encuentro Nacional de Mujeres echó por tierra la autenticidad del concepto de "sexo débil". Más allá del número de asistentes a la cancha de Tucumán Central (las organizadoras calcularon más de 6.000 personas), la fuerza que ostentaban estas impartía respeto. Según las responsables, hasta ayer se habían inscripto más de 14.000, y esperaban un número mayor.
Hilda Disatnik, de la Escuela de Psicología Social, Mariana Burgos, de la Casa de la Mujer Norma Nassif, y Alejandra del Castillo, del Plenario de Trabajadoras, dieron la bienvenida a las mujeres de todo el país y del extranjero, que vinieron a participar del encuentro. Lourdes González Hernández traducía en lengua de señas el texto, para el público no oyente. Los diversos colores hacían sentir su propia voz, pero se aunaron en un solo grito alrededor de dos temas que son casi patrimonio femenino: la trata de personas y la despenalización del aborto. Decenas de agrupaciones aplaudieron cuando el discurso refirió a estas cuestiones.
Los 55 talleres, que se constituyeron ayer y donde se debatirá hasta mañana, cubren varias áreas: feminismo, sexualidad, familia, salud reproductiva, capacidades diferentes, adicciones, violencia sexual, explotación infantil, prostitución, desocupación, adolescencia y derechos humanos, entre otros de índole político, social, educativo y económico.

Repaso histórico
El acto empezó a las 11.20. Disatnik saludó a la concurrencia, con el recuerdo de mujeres que tienen que ver con la historia de Tucumán: "Bienvenidas a la tierra de Manuela Pedraza, heroína de la independencia, y de Hilda Guerrero, esposa de un obrero de Bella Vista, asesinada en una manifestación contra el cierre de ingenios. Bienvenidas a la tierra donde seguimos buscando a (María de los Angeles) 'Marita' Verón, y a todas las 'Maritas', y exigiendo justicia por Paulina Lebbos, y todas las 'Paulinas'". La docente se refirió a la situación laboral que soporta la mujer. "La crisis se ve, se oye, se siente; y las mujeres la soportamos: somos las primeras en ser despedidas y las últimas en ser empleadas", criticó.
Burgos cargó contra las iglesias y contra el Gobierno. "El Estado sostiene y legaliza la jerarquía, naturalizando la subordinación patriarcal ya que le interesa mantener la división sexual y social del trabajo. Denunciamos los fundamentalismos religiosos, que nos quieren imponer la vergüenza. Exigimos la separación de la Iglesia del Estado", manifestó.
Las luchas de las trabajadoras despedidas de Kraft (ex Terrabusi) y de las mujeres autoconvocadas llegó desde la voz de Del Castillo: "las trabajadoras de la salud están dando un ejemplo de unidad y de lucha frente a una situación insostenible de la salud pública, con bajos salarios y condiciones indignas, responsabilidad del Gobierno provincial. Debatirán su lucha inclaudicable y su metodología de organización autoconvocada. Saludamos a las trabajadoras de Terrabusi también presentes, que pese a la dura represión ordenada por el Gobierno nacional siguen su heroica lucha".