El aroma de los jazmines que durante décadas impregnó al barrio Jardín siguen presentes entre los vecinos de la casa donde Mercedes Sosa pasó parte de su juventud, y donde vivió su madre, doña Ema, hasta el día de su muerte. Es la misma propiedad donde en los últimos días vecinos o viajeros desconocidos dejaron flores y rindieron velas ara recordar a la cantora.
Mercedes y su madre amaban las plantas, tomar mate debajo de una pérgola en la que convivían una parra y un jazmín, y conversar. Cuando la cantante no estaba, doña Ema seguía el ritual diariamente, y conversaba con quienes pasaran por allí. "Cuando llegué a la casa era una selva, y aunque saqué algunas plantas dejé muchas porque eran de ella y me daba pena", contó María Fernanda de Vergel, la mujer que desde hace unos siete años vive allí.
Una historia de recuerdos
"Conocí a Mercedes, o Marta, como le dicen su familia y los viejos vecinos del barrio, a través de lo que me fueron contando, de las cosas que encontré en la casa cuando la compré. La querían mucho acá, y aprendí a quererla también", dijo María Fernanda, quien comentó que la presencia de Mercedes fue tan fuerte , que hay muchos músicos en la zona.
Ella señaló que Mercedes le traía plantas a su madre, y que cuando estaba de viaje llamaba por teléfono a una vecina, porque doña Ema no tenía todavía, para saber cómo estaba ella y siempre preguntaba por sus mimadas flores y frutales.
Hay todavía vecinos que recuerdan a Gladys Osorio (el nombre que usó en sus inicios como cantante), como Víctor Hugo Jerez llegó al barrio con su familia a fines de los 50. Se hizo amigo de Fernando "Cacho" Sosa, el hermano menor de la "Negra", y aún mantiene una relación fluida con él. "Después, cuando se hizo famosa, venía poco, y cuando estaba en la casa con su madre tratábamos de respetar su intimidad y no molestarla, pero ella igual era muy amable con todos los vecinos", contó.
Lo mismo señaló Silvia Rueda, que desde 1982 vive enfrente de la casa de doña Ema. "Yo tuve más relación con la madre que con Mercedes, pero la señora me contaba todo porque le gustaba mucho hablar...", dijo con una mueca pícara.
Igual que María Fernanda, recuerda la alegría de la familia Sosa cuando la cantante hizo construir una pileta para Fabián Matus, su hijo. "El venía con todos los chicos del barrio, porque era la única que había por acá", contó la actual dueña de la propiedad.
"Emita contaba que cuando Mercedes estaba tranquila en la casa, le gustaba mucho meterse en esa pileta para relajarse; pero eran cosas de su intimidad en las que no nos metíamos", señaló Rueda, mirando por la ventana que da al frente con añoranza.
"Para nosotros, como vecinos, siempre fue un orgullo que ella haya llegado tan alto en su carrera, que sea una personalidad internacional. Por eso, la noticia de su muerte me afectó como amigo de la juventud y vecino, más que como admirador de la artista que fue", sintetizó Jerez.
Algo parecido sintió Rueda, a pesar de no haber conocido tanto a Mercedes. "Es muy triste que se haya ido así. Fue una mujer íntegra, muy cariñosa y atenta con su madre...", afirmó Rueda.