26 Septiembre 2009
MOSCU, Rusia/WASHINGTON, Estados Unidos/TEHERAN, Irán.- La comunidad internacional sigue apostando por solucionar por la vía diplomática el conflicto nuclear con Irán, aunque no excluye adoptar nuevas sanciones (incluso militares). En su mensaje radiofónico semanal de hoy, el presidente estadounidense, Barack Obama, advirtió a Teherán que podría enfrentarse a graves consecuencias si no cedía en su programa de investigación atómica.
"Pueden asumir su responsabilidad e integrarse, o verse más presionados y aislados", dijo el líder norteamericano, quien apuesta por conseguir una solución dialogada con la República Islámica, que ayer reconoció ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que está construyendo una nueva planta de enriquecimiento de uranio.
Dicha edificación despertó el rechazo internacional, pues Occidente sospecha que pretende fabricar armás atómicas.
El director de la Organización de la Energía Atómica iraní, Ali Akbar Salehi, aseguró hoy que su país alcanzó un acuerdo con el OIEA para inspeccionar la planta que -según sus palabras- está situada a 100 kilómetros al sur de Teherán y estará operativa dentro de un año.
"Habrá una revisión en su debido momento", dijo Salehi a la televisión estatal sin concretar fechas. Obama espera que Irán ceda a las exigencias de los miembros permantentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y Alemania, cuyos representantes se reunirán con enviados de Teherán el próximo 1 de octubre en la ciudad suiza de Ginebra. Sin embargo, el Gobierno iraní ha anunciado que no piensa hablar sobre su controvertido programa.
Irán adelantó que mañana realizará pruebas de misiles en el marco de unas maniobras. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, consideró complicada la situación en torno a la disputa y pidió al país que dé su brazo a torcer. "La construcción de una nueva fábrica fue una sorpresa para todos los países", dijo Medvedev al final de la cumbre del G-20 en Pittsburgh, según la agencia de noticias Interfax.
Medvedev apeló a Irán a cooperar al máximo y reiteró que no descarta que su país -con poder de veto en el Consejo de Seguridad- apruebe sanciones. "Si las iniciativas actuales no funcionan, habrá que considerar otros mecanismos", dijo el ruso.
También el Gobierno inglés apostó por una salida diplomática."Ninguna persona razonable ve la cuestión militar contra Irán sin una gran preocupación", agregó el ministro de Exteriores británico, David Miliband, a la emisora "BBC".
Según la cadena de televisión estadounidense "CNN", Estados Unidos comparte desde hace tiempo con Rusia y China las informaciones de sus servicios secretos sobre la construcción de una segunda planta de enriquecimiento de uranio.
Fuentes diplomáticas informaron el viernes que la nueva planta iraní cuenta con 3.000 centrifugadoras, cantidad suficiente para producir en un año el material necesario para construir la bomba atómica, pero no para un reactor nuclear. Este es el motivo por el que los críticos piensan que esta planta podría estar destinada al enriquecimiento de uranio para fines militares. (DPA)
"Pueden asumir su responsabilidad e integrarse, o verse más presionados y aislados", dijo el líder norteamericano, quien apuesta por conseguir una solución dialogada con la República Islámica, que ayer reconoció ante el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) que está construyendo una nueva planta de enriquecimiento de uranio.
Dicha edificación despertó el rechazo internacional, pues Occidente sospecha que pretende fabricar armás atómicas.
El director de la Organización de la Energía Atómica iraní, Ali Akbar Salehi, aseguró hoy que su país alcanzó un acuerdo con el OIEA para inspeccionar la planta que -según sus palabras- está situada a 100 kilómetros al sur de Teherán y estará operativa dentro de un año.
"Habrá una revisión en su debido momento", dijo Salehi a la televisión estatal sin concretar fechas. Obama espera que Irán ceda a las exigencias de los miembros permantentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y Alemania, cuyos representantes se reunirán con enviados de Teherán el próximo 1 de octubre en la ciudad suiza de Ginebra. Sin embargo, el Gobierno iraní ha anunciado que no piensa hablar sobre su controvertido programa.
Irán adelantó que mañana realizará pruebas de misiles en el marco de unas maniobras. El presidente ruso, Dimitri Medvedev, consideró complicada la situación en torno a la disputa y pidió al país que dé su brazo a torcer. "La construcción de una nueva fábrica fue una sorpresa para todos los países", dijo Medvedev al final de la cumbre del G-20 en Pittsburgh, según la agencia de noticias Interfax.
Medvedev apeló a Irán a cooperar al máximo y reiteró que no descarta que su país -con poder de veto en el Consejo de Seguridad- apruebe sanciones. "Si las iniciativas actuales no funcionan, habrá que considerar otros mecanismos", dijo el ruso.
También el Gobierno inglés apostó por una salida diplomática."Ninguna persona razonable ve la cuestión militar contra Irán sin una gran preocupación", agregó el ministro de Exteriores británico, David Miliband, a la emisora "BBC".
Según la cadena de televisión estadounidense "CNN", Estados Unidos comparte desde hace tiempo con Rusia y China las informaciones de sus servicios secretos sobre la construcción de una segunda planta de enriquecimiento de uranio.
Fuentes diplomáticas informaron el viernes que la nueva planta iraní cuenta con 3.000 centrifugadoras, cantidad suficiente para producir en un año el material necesario para construir la bomba atómica, pero no para un reactor nuclear. Este es el motivo por el que los críticos piensan que esta planta podría estar destinada al enriquecimiento de uranio para fines militares. (DPA)