25 Septiembre 2009
EN LAS GONDOLAS. La canasta de alimentos, en otra polémica con el Indec. TELAM
La explicación más sensata sobre por qué el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) midió que en el país, la pobreza afecta sólo al 13,9% de la población urbana es que el organismo subestimó el valor de la canasta básica. Esa es la postura de Ernesto Kritz, director de la Sociedad de Estudios Laborales, SEL Consultores, que días pasados opinó en LA GACETA que el anuncio de la reducción de la pobreza causó sorpresas porque el mismo Indec previó también una caída del nivel de actividad y un alza del desempleo. "En este escenario, lo que se esperaba era un anuncio con el signo opuesto", reiteró el experto, en el informe elaborado por SEL acerca de cómo llegó el Indec a las cifras de pobreza.
Lo primero, y más conocido, es la subestimación de la canasta básica de alimentos, que define la línea de indigencia, y de la que se deduce la canasta básica total, que establece la línea de pobreza. "La misma canasta (iguales productos, iguales cantidades) valuada con los
precios relevados en forma independiente en el mercado, es 58% más cara que la reportada por el Indec con base en los precios que utiliza para la construcción del índice de precios al consumidor", dice el diagnóstico de la consultora al que accedió LA GACETA.
Para la familia tipo habitualmente considerada (matrimonio con dos hijos), la línea de indigencia según el Indec es (en agosto) de $ 453, mientras que con los precios relevados en forma independiente llega a $ 716. Por su parte, la línea de pobreza reconocida para esa familia por el organismo, alcanza a $ 1.025, en tanto que con los precios recogidos en el mercado sube a $ 1.618, apunta el trabajo privado. "Esta es, obviamente, una fuente importante de subestimación de la pobreza, ya que para el Indec todos los hogares con composición semejante cuyos ingresos están en la amplia franja entre ambas mediciones de la canasta, son no pobres", argumenta el estudio.
Según el relevamiento de SEL, en el período para el que el Indec anunció sus últimas cifras de pobreza, la variación interanual de la canasta básica fue, de acuerdo a sus precios, de 1,9% (para la familia tipo, $ 18,90) mientras que con los precios relevados en forma independiente en el mercado, el aumento fue de 10,7% ($ 145 para la misma familia).
Ingresos de los hogares
El segundo factor, quizás menos conocido, que hace que el Indec informe cifras de pobreza bajas y decrecientes, es la sobreestimación de los ingresos de los hogares, opina Kritz. "La evidencia -indica- surge del índice de salarios que publica el organismo, que incluye la evolución de los sueldos privados no registrados (en negro), que constituyen la categoría ocupacional más frecuente en la población en situación de vulnerabilidad social". La fuente de información para este sector es la Encuesta Permanente de Hogares. Según este índice, en el primer semestre el ingreso promedio de los asalariados no registrados aumentó 29,4% en comparación con el mismo período del año pasado. "Es difícil imaginar un aumento de esta magnitud para los trabajadores con menor capacidad de negociación en un escenario de debilitamiento del mercado de trabajo", apunta.
Lo primero, y más conocido, es la subestimación de la canasta básica de alimentos, que define la línea de indigencia, y de la que se deduce la canasta básica total, que establece la línea de pobreza. "La misma canasta (iguales productos, iguales cantidades) valuada con los
precios relevados en forma independiente en el mercado, es 58% más cara que la reportada por el Indec con base en los precios que utiliza para la construcción del índice de precios al consumidor", dice el diagnóstico de la consultora al que accedió LA GACETA.
Para la familia tipo habitualmente considerada (matrimonio con dos hijos), la línea de indigencia según el Indec es (en agosto) de $ 453, mientras que con los precios relevados en forma independiente llega a $ 716. Por su parte, la línea de pobreza reconocida para esa familia por el organismo, alcanza a $ 1.025, en tanto que con los precios recogidos en el mercado sube a $ 1.618, apunta el trabajo privado. "Esta es, obviamente, una fuente importante de subestimación de la pobreza, ya que para el Indec todos los hogares con composición semejante cuyos ingresos están en la amplia franja entre ambas mediciones de la canasta, son no pobres", argumenta el estudio.
Según el relevamiento de SEL, en el período para el que el Indec anunció sus últimas cifras de pobreza, la variación interanual de la canasta básica fue, de acuerdo a sus precios, de 1,9% (para la familia tipo, $ 18,90) mientras que con los precios relevados en forma independiente en el mercado, el aumento fue de 10,7% ($ 145 para la misma familia).
Ingresos de los hogares
El segundo factor, quizás menos conocido, que hace que el Indec informe cifras de pobreza bajas y decrecientes, es la sobreestimación de los ingresos de los hogares, opina Kritz. "La evidencia -indica- surge del índice de salarios que publica el organismo, que incluye la evolución de los sueldos privados no registrados (en negro), que constituyen la categoría ocupacional más frecuente en la población en situación de vulnerabilidad social". La fuente de información para este sector es la Encuesta Permanente de Hogares. Según este índice, en el primer semestre el ingreso promedio de los asalariados no registrados aumentó 29,4% en comparación con el mismo período del año pasado. "Es difícil imaginar un aumento de esta magnitud para los trabajadores con menor capacidad de negociación en un escenario de debilitamiento del mercado de trabajo", apunta.