20 Septiembre 2009
Aira asegura que le incomoda titular un libro. "Es como un cierre desentido y a mí me gusta que quede abierto. Pero como sí o sí tiene quehaber un título en la tapa, le pongo el del documento que tengoguardado en la computadora o el nombre que uso para referirme a lo queestoy haciendo". Recuerda que, en ese trámite molesto, a veces echómano a títulos fantasiosos como Cómo me hice monja (1993). Airadescubrió que, si se le ocurre un buen título, no se le ocurre lanovela. Ejemplifica: "No sé qué escribir para Historia anticipada de milocura. Estaba pensando en redactar cualquier cosa y ponerle ese títulobuenísimo".
Fragmento de La trompeta de mimbre (*), de César Aira
"En la desgracia, todo es pensamiento. El recuerdo de las oportunidadesperdidas se confunde con el fantaseo de las oportunidades perfectas. Semezclan el fracaso y el éxito en un solo relato sin consecuencias.Lamentarse es vano porque la causa de la pena se reabsorbe en elpensamiento. El sabor de los placeres imaginarios es la perfección, ¿yacaso puede darse la perfección en la vida? Como consuelo, entonces,puede decirse que el único rasgo que le está vedado al amor es larealidad. Aunque la realidad tiene su perfección propia: la que haceque todo haya sido como fue, y sea inmutable. Es como si hubiera dosperfecciones paralelas, y no pudieran comunicarse nunca". (*)Editorial Beatriz Viterbo, 1998
Fragmento de La trompeta de mimbre (*), de César Aira
"En la desgracia, todo es pensamiento. El recuerdo de las oportunidadesperdidas se confunde con el fantaseo de las oportunidades perfectas. Semezclan el fracaso y el éxito en un solo relato sin consecuencias.Lamentarse es vano porque la causa de la pena se reabsorbe en elpensamiento. El sabor de los placeres imaginarios es la perfección, ¿yacaso puede darse la perfección en la vida? Como consuelo, entonces,puede decirse que el único rasgo que le está vedado al amor es larealidad. Aunque la realidad tiene su perfección propia: la que haceque todo haya sido como fue, y sea inmutable. Es como si hubiera dosperfecciones paralelas, y no pudieran comunicarse nunca". (*)Editorial Beatriz Viterbo, 1998
NOTICIAS RELACIONADAS