12 Septiembre 2009
La psiquiatra de la cárcel afirmó que Amín no está loco y golpeó duro la estrategia defensiva
La mujer fue quien más entrevistas le hizo al santiagueño tras el homicidio de María Marta Arias y aseguró que el imputado simula. Durante la exposición, el acusado sólo atinó a mirar el suelo. La especialista lo consideró un manipulador, aunque advirtió que se trata de un sujeto peligroso.
Mientras la psiquiatra que más veces lo entrevistó desde que está detenido hablaba, Pablo Antonio Amín miraba al suelo. Por primera vez desde que empezó el juicio, no hizo gestos ni dijo frases sin sentido. "El interno sufre un trastorno asocial de la personalidad. Es egocéntrico, pues no contempla las necesidades de los demás, y tiene muchísima habilidad para captar las necesidades del otro para poder manipularlo. Tampoco sabe lo que son la culpa ni la angustia", indicó la médica Ana Carina Cejas, psiquiatra del penal de Villa Urquiza.
Por pedido de sus defensores, Roberto Flores y Martín Zottoli, Amín presenció la audiencia. Los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Emilio Páez de la Torre habían decidido no permitir su ingreso, pero luego accedieron. Contrariamente a lo que sucedió en las otras jornadas, Amín entró tranquilo a la sala, vigilado de cerca por tres policías casi tan altos como él. "Good morning (buen día, en inglés)", se limitó a decir por lo bajo, y se sentó junto a sus abogados.
Desde que asesinó a su pareja, María Marta Arias, en un hotel de la capital en octubre de 2007, Amín fue llevado ocasionalmente desde la cárcel al hospital psiquiátrico Obarrio, y viceversa. Mientras permaneció en el penal, fue entrevistado en varias ocasiones por Cejas, quien ayer fue la primer testigo de la jornada.
La psiquiatra, que está con licencia médica por embarazo desde mayo, dio un diagnóstico similar al que había brindado la junta médica oficial que examinó al imputado. "¿Amín está loco?", le preguntó sin medias tintas el vocal Páez de la Torre. Ella contestó con un tajante no. "Este tipo de trastorno de la personalidad o psicopatía no es locura. Se trata de un patrón de conducta. Tampoco es un esquizofrénico", dijo. Cejas explicó por qué decidió que Amín no continúe siendo medicado cuando llegó desde el Obarrio. "Decidí que se le suprima gradualmente la medicación. No había motivos médicos para darle antipsicóticos, estaba lúcido y consciente. Además, podía ser contenido por personal del sector de máxima seguridad", opinó.
Cuando el representante de la querella, Mario Leiva Haro, la interrogó sobre si Amín puede estar actuando como loco, la psiquiatra contestó que sí. "Es probable que el interno esté simulando. Desde mi observación clínica, claramente tiene actitudes que implican una manipulación", opinó. Luego, agregó: "hay una reiteración de actos de simulación y de histrionismo que, al parecer, tienen por fin un beneficio secundario. Todo indica que lo hace para eludir sus responsabilidades", dijo. Todas las miradas se clavaron en Amín, previendo que él podía reaccionar. Pero el santiagueño continuó con la vista clavada en el suelo.
La especialista remarcó que el confeso homicida es una persona muy peligrosa. "La ciencia, hasta la fecha, no ha encontrado cura para ese trastorno", aseveró.
Una fotografía
Minutos después, mientras Cejas les explicaba a los jueces que el penal estaba en condiciones de alojar a un interno con trastornos de personalidad, Amín se paró y comenzó a señalar a quienes estaban en el auditorio. "¡Le informo al tribunal que el imputado está amenazando al público!", intervino el secretario Luis Lezana Flores. "¡No amenace a nadie, señor Amín!", lo reprendió el vocal Herrera Molina. El santiagueño encogió los hombros y contestó con simpleza: "yo sólo quería sacarme una foto con los muchachos".
Finalmente, los jueces le preguntaron a Cejas si el acusado podía ser asistido mediante psicoterapia. "Al tratarse de una persona con una inteligencia alta, puede ser contraproducente, pues aprende mucho y rápidamente. Se lo puede ayudar a acatar las normas sociales y a encontrarse consigo mismo, pero es una tarea muy difícil y probablemente no dé resultado", respondió la psiquiatra.
Tras esto, Cejas se levantó de la silla para salir del recinto. Amín también se puso de pie. Los guardias se pararon cerca suyo, pero él ni reparó en ellos. Le clavó una mirada a la médica, que salió del auditorio sin voltear. Tras esto, el imputado se sentó. La versión de la médica había comprometido seriamente su situación procesal y aparentemente él se había dado cuenta.
Causa en el fuero civil
Luego de un cuarto intermedio, el abogado de la querella, Mario Leiva Haro, solicitó la incorporación a la causa por el crimen de María Marta Arias de un expediente llevado adelante por el Juzgado Nº II de Familia y Sucesiones titulado "Amín, Pablo: s/incapacidad". "Puede ser pertinente, por lo que se solicita su urgente envío", resolvió el tribunal.
Por pedido de sus defensores, Roberto Flores y Martín Zottoli, Amín presenció la audiencia. Los jueces Alberto Piedrabuena, Emilio Herrera Molina y Emilio Páez de la Torre habían decidido no permitir su ingreso, pero luego accedieron. Contrariamente a lo que sucedió en las otras jornadas, Amín entró tranquilo a la sala, vigilado de cerca por tres policías casi tan altos como él. "Good morning (buen día, en inglés)", se limitó a decir por lo bajo, y se sentó junto a sus abogados.
Desde que asesinó a su pareja, María Marta Arias, en un hotel de la capital en octubre de 2007, Amín fue llevado ocasionalmente desde la cárcel al hospital psiquiátrico Obarrio, y viceversa. Mientras permaneció en el penal, fue entrevistado en varias ocasiones por Cejas, quien ayer fue la primer testigo de la jornada.
La psiquiatra, que está con licencia médica por embarazo desde mayo, dio un diagnóstico similar al que había brindado la junta médica oficial que examinó al imputado. "¿Amín está loco?", le preguntó sin medias tintas el vocal Páez de la Torre. Ella contestó con un tajante no. "Este tipo de trastorno de la personalidad o psicopatía no es locura. Se trata de un patrón de conducta. Tampoco es un esquizofrénico", dijo. Cejas explicó por qué decidió que Amín no continúe siendo medicado cuando llegó desde el Obarrio. "Decidí que se le suprima gradualmente la medicación. No había motivos médicos para darle antipsicóticos, estaba lúcido y consciente. Además, podía ser contenido por personal del sector de máxima seguridad", opinó.
Cuando el representante de la querella, Mario Leiva Haro, la interrogó sobre si Amín puede estar actuando como loco, la psiquiatra contestó que sí. "Es probable que el interno esté simulando. Desde mi observación clínica, claramente tiene actitudes que implican una manipulación", opinó. Luego, agregó: "hay una reiteración de actos de simulación y de histrionismo que, al parecer, tienen por fin un beneficio secundario. Todo indica que lo hace para eludir sus responsabilidades", dijo. Todas las miradas se clavaron en Amín, previendo que él podía reaccionar. Pero el santiagueño continuó con la vista clavada en el suelo.
La especialista remarcó que el confeso homicida es una persona muy peligrosa. "La ciencia, hasta la fecha, no ha encontrado cura para ese trastorno", aseveró.
Una fotografía
Minutos después, mientras Cejas les explicaba a los jueces que el penal estaba en condiciones de alojar a un interno con trastornos de personalidad, Amín se paró y comenzó a señalar a quienes estaban en el auditorio. "¡Le informo al tribunal que el imputado está amenazando al público!", intervino el secretario Luis Lezana Flores. "¡No amenace a nadie, señor Amín!", lo reprendió el vocal Herrera Molina. El santiagueño encogió los hombros y contestó con simpleza: "yo sólo quería sacarme una foto con los muchachos".
Finalmente, los jueces le preguntaron a Cejas si el acusado podía ser asistido mediante psicoterapia. "Al tratarse de una persona con una inteligencia alta, puede ser contraproducente, pues aprende mucho y rápidamente. Se lo puede ayudar a acatar las normas sociales y a encontrarse consigo mismo, pero es una tarea muy difícil y probablemente no dé resultado", respondió la psiquiatra.
Tras esto, Cejas se levantó de la silla para salir del recinto. Amín también se puso de pie. Los guardias se pararon cerca suyo, pero él ni reparó en ellos. Le clavó una mirada a la médica, que salió del auditorio sin voltear. Tras esto, el imputado se sentó. La versión de la médica había comprometido seriamente su situación procesal y aparentemente él se había dado cuenta.
Causa en el fuero civil
Luego de un cuarto intermedio, el abogado de la querella, Mario Leiva Haro, solicitó la incorporación a la causa por el crimen de María Marta Arias de un expediente llevado adelante por el Juzgado Nº II de Familia y Sucesiones titulado "Amín, Pablo: s/incapacidad". "Puede ser pertinente, por lo que se solicita su urgente envío", resolvió el tribunal.
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