11 Septiembre 2009
Los hermanos de María Marta aseguraron que la joven vivía atemorizada al lado de Amín
Juan Manuel y Claudio Arias declararon sin la presencia del imputado, a quien los jueces no le permitieron presenciar el debate. Los hombres dijeron que Amín creía que su esposa le era infiel, y que además le hacía consumir productos que no debía.
VIDAS SEPARADAS. A la izquierda, Amín baja por las escaleras de Tribunales, esposado y custodiado. Los hermanos de la joven, Claudio y Juan Manuel, llegaron a Tucumán para declarar. LA GACETA / JUAN PABLO SANCHEZ NOLI
Cuando terminaron de declarar, Juan Manuel y Claudio Arias se encontraron fuera de la sala de debates del Palacio de Tribunales. A punto de romper en llanto, se tomaron de las manos, se miraron a los ojos y se abrazaron con fuerza. Minutos antes, habían relatado ante los jueces de la sala II de la Cámara Penal la tormentosa relación que mantuvieron durante seis meses su hermana, María Marta Arias, y Pablo Antonio Amín, el confeso homicida de la santiagueña. "El siempre fue una persona violenta", coincidieron, y dieron dos hipótesis sobre qué motivó al joven a asesinar y mutilar a su esposa hace casi dos años en un cuarto de hotel.
Ayer no hubo amenazas, frases sin sentido ni gestos extraños en el auditorio. Por orden de los jueces Emilio Herrera Molina y Emilio Páez de la Torre (con la disidencia de Alberto Piedrabuena), el imputado de homicidio agravado no presenció la jornada. "Decidimos que Pablo Antonio Amín no permanezca en la sala", expresó Herrera Molina, presidente del tribunal. Así, los hermanos de Arias pudieron declarar tranquilos.
El primero en sentarse frente al estrado fue Claudio, de 30 años. Recordó que su hermana conoció a Amín cuando eran niños, en un instituto privado de inglés. "Años después, él se acercó a ella para ofrecerle los productos que vendía, que eran de Herbalife. Mi hermana tenía lupus (una enfermedad crónica), y él le dijo que con eso se curaría. Aprovechó eso para acercársele", relató Claudio. "Lamentablemente -prosiguió-, María Marta era una persona influenciable, muy ingenua. Para ella, todo el mundo era bueno". A los cuatro meses de noviazgo, Arias y Amín se casaron por Iglesia, pero no por civil, dijo el testigo. "A los tres días de convivencia, él ya no dejaba que la veamos y la manipulaba. Ella no contaba nada. Estaba muy cambiada. Había dejado de verse con sus amigas, había dejado de estudiar... Creo que tenía miedo de que ese tipo nos haga algo a nosotros o a mis padres. No tengo dudas de que la tenía amenazada psicológicamente. Dos semanas antes de que me la haya matado (sic), la vi muy nerviosa y esquiva", señaló Claudio. Luego, añadió que Amín siempre fue un hombre agresivo. "Cuando tenía 10 años, tengo entendido que mató a otro chico de un balazo jugando con un arma de su padre. No sé en qué habrá quedado eso, pero ya de grande golpeó a su madre, andaba fuerte en auto y le tiraba la bronca a medio mundo", dijo.
Cuando terminó de declarar, antes de levantarse, miró fijo al tribunal e imploró: "espero que se haga justicia por la muerte de mi hermana. No pido nada más".
Juan Manuel recordó cómo se enteró del brutal crimen. "Me acuerdo que mi familia llegó en un auto. Yo no entendía qué pasaba, porque todos estaban llorando. Hasta que uno de mis hermanos se bajó y me dijo: 'el gordo puto mató a Marta; no sé qué le hizo, pero la mató'. Yo no sabía qué decir", señaló el hombre, de 36 años.
"Conejillo de Indias"
Además, dijo que Amín obligó a su hermana a dejar su tratamiento contra el lupus. "Le descubrieron la enfermedad en 2004. Yo la llevé casi muerta a Córdoba. Pero él le prohibió hacer el tratamiento. Durante las conferencias que daba, le gustaba exhibirla como un conejillo de indias, porque lo único que le dejaba tomar era el producto que vendía. Lo peor es que ese producto tenía un alto contenido de sodio, y eso para una persona con lupus es terrible", declaró el joven, con lágrimas en los ojos. Además, aclaró que siempre se opuso a la relación entre ellos. "La primera vez que lo vi en casa le dije a mi mamá: '¿qué hace este tarado internacional acá?'", indicó.
Juan Manuel asegura que quizás Amín mató a su hermana porque ella se negó a seguir consumiendo ese producto. "Tal vez ella se negó a dar ese testimonio y él vio derrumbarse su negocio", dijo. La otra teoría del hombre es que el santiagueño actuó de esa forma presa de un ataque de celos. "Creo que el también sospechaba que le era infiel. Por supuesto que no sabemos con quién, porque él no sabía la persona que tenía al lado", finalizó.
Ayer no hubo amenazas, frases sin sentido ni gestos extraños en el auditorio. Por orden de los jueces Emilio Herrera Molina y Emilio Páez de la Torre (con la disidencia de Alberto Piedrabuena), el imputado de homicidio agravado no presenció la jornada. "Decidimos que Pablo Antonio Amín no permanezca en la sala", expresó Herrera Molina, presidente del tribunal. Así, los hermanos de Arias pudieron declarar tranquilos.
El primero en sentarse frente al estrado fue Claudio, de 30 años. Recordó que su hermana conoció a Amín cuando eran niños, en un instituto privado de inglés. "Años después, él se acercó a ella para ofrecerle los productos que vendía, que eran de Herbalife. Mi hermana tenía lupus (una enfermedad crónica), y él le dijo que con eso se curaría. Aprovechó eso para acercársele", relató Claudio. "Lamentablemente -prosiguió-, María Marta era una persona influenciable, muy ingenua. Para ella, todo el mundo era bueno". A los cuatro meses de noviazgo, Arias y Amín se casaron por Iglesia, pero no por civil, dijo el testigo. "A los tres días de convivencia, él ya no dejaba que la veamos y la manipulaba. Ella no contaba nada. Estaba muy cambiada. Había dejado de verse con sus amigas, había dejado de estudiar... Creo que tenía miedo de que ese tipo nos haga algo a nosotros o a mis padres. No tengo dudas de que la tenía amenazada psicológicamente. Dos semanas antes de que me la haya matado (sic), la vi muy nerviosa y esquiva", señaló Claudio. Luego, añadió que Amín siempre fue un hombre agresivo. "Cuando tenía 10 años, tengo entendido que mató a otro chico de un balazo jugando con un arma de su padre. No sé en qué habrá quedado eso, pero ya de grande golpeó a su madre, andaba fuerte en auto y le tiraba la bronca a medio mundo", dijo.
Cuando terminó de declarar, antes de levantarse, miró fijo al tribunal e imploró: "espero que se haga justicia por la muerte de mi hermana. No pido nada más".
Juan Manuel recordó cómo se enteró del brutal crimen. "Me acuerdo que mi familia llegó en un auto. Yo no entendía qué pasaba, porque todos estaban llorando. Hasta que uno de mis hermanos se bajó y me dijo: 'el gordo puto mató a Marta; no sé qué le hizo, pero la mató'. Yo no sabía qué decir", señaló el hombre, de 36 años.
"Conejillo de Indias"
Además, dijo que Amín obligó a su hermana a dejar su tratamiento contra el lupus. "Le descubrieron la enfermedad en 2004. Yo la llevé casi muerta a Córdoba. Pero él le prohibió hacer el tratamiento. Durante las conferencias que daba, le gustaba exhibirla como un conejillo de indias, porque lo único que le dejaba tomar era el producto que vendía. Lo peor es que ese producto tenía un alto contenido de sodio, y eso para una persona con lupus es terrible", declaró el joven, con lágrimas en los ojos. Además, aclaró que siempre se opuso a la relación entre ellos. "La primera vez que lo vi en casa le dije a mi mamá: '¿qué hace este tarado internacional acá?'", indicó.
Juan Manuel asegura que quizás Amín mató a su hermana porque ella se negó a seguir consumiendo ese producto. "Tal vez ella se negó a dar ese testimonio y él vio derrumbarse su negocio", dijo. La otra teoría del hombre es que el santiagueño actuó de esa forma presa de un ataque de celos. "Creo que el también sospechaba que le era infiel. Por supuesto que no sabemos con quién, porque él no sabía la persona que tenía al lado", finalizó.
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