Puntos de vista

Los hinchas se hicieron sentir
María de los Angeles Licudis
estudiante de periodismo deportivo

Una imagen típica de cualquier hincha argentino es hacerles saber atodos, de alguna manera, que está ahí, apoyando a su equipo. Por esomotivo no sólo cantan y saltan a favor del club de sus amores, sino quetambién se expresan mediante banderas.
Algunos simpatizantes compran las que se venden afuera del estadio yotros utilizan su ingenio y hacen las propias, con inscripciones odibujos.
Los hinchas "decanos" que se acercaron al "Tomás Ducó" no fueron laexcepción; desde temprano se vieron colgados una veintena de trapossobre los alambrados o paravalanchas del estadio de Huracán.
Fueron alrededor de 500 los que viajaron desde Tucumán. No fuerontantos como otras veces, pero sí los suficientes, si se tiene en cuentaque el partido se jugó un día de semana.
Llegaron y plantaron sus banderas para decir "aquí estamos"; ellas semovieron al son de la hinchada de Atlético, que no dejó de alentar y decantar durante todo el partido. Los fanáticos fueron menos que loslocales, pero se hicieron sentir igual. O más.

El "globo" quedó de "Cappa caída"
Adrián Coronel
estudiante de periodismo deportivo

Atlético desplegó en el "Tomás Ducó" un juego brillante, muy parecido al tiki-tiki del "globo". El "decano" exhibió destellos de buen fútbol; con todas sus líneas bien paradas no les dio un mínimo espacio ni respiro a los jugadores "quemeros". Con la zaga firme, los volantes metidos en el partido y con la cuota goleadora de sus delanteros, el equipo de 25 y Chile se alzó con un merecido triunfo.
En la primera parte hubo muchas jugadas plagadas de imprecisiones. La visita tomó el dominio del balón, pero todas sus aspiraciones de gol se diluían por la falta de efectividad. En el complemento los 11 del "Chulo" Rivoira salieron a desinflar por completo al "globito de Angelito"
El medio tucumano presionó en todo momento. Por esa vía vinieron dos jugadas que desperdició el "Pulga" Rodríguez.
Después del gol de Juan Pablo Pereyra, Atlético manejó a su gusto el cotejo. Pablo Calandria, que había entrado por el "Pulga", se encargó de sellar el 2-0 para el delirio de los "decanos" que viajaron hasta Buenos Aires. Atlético ganó bien y el tiki-tiki del globito quedó de "Cappa caída".

Ganó porque apostó fuerte
Mauro Schrotlin
estudiante de periodismo deportivo

La jugada desde un comienzo era atrevida. Todos aseguraban que Atlético iba a jugar con cuatro en el fondo, pero Héctor Rivoira apostó por su 3-4-1-2 y ganó.
El "decano" no solo jugó muy bien; además lo hizo de manera inteligente. Lo demostró la dupla Musto-Erroz, que además de cuidarse muy bien las espaldas tuvieron la suficiente madurez para retroceder solidariamente a cortar pelotas y distribuir el juego correctamente.
La defensa fue recia y segura. El tridente conformado por Villavicencio, Páez y Barone funcionó como una telaraña difícil de sortear para la desdibujada ofensiva de Huracán. Los pocos errores que cometió la defensa fueron solucionados por Lucas Ischuk.
El "Capé" fue el estratega perfecto para este partido, ya que entendió que de los botines del inspirado Longo llegarían las mejores ofensivas. Atlético se replegó, resistió los embates de un furioso Huracán que jamás encontró la claridad para vencer el arco de los tucumanos, jugó de contra y hasta se dio el lujo de anotar un tanto más a su favor gracias a Pablo Calandria.