04 Septiembre 2009
NAUFRAGIO. El arquero Monzón fue uno de los pocos integrantes del subcampeón del Clausura que se quedó. Ayer fue el mejor de su equipo. FOTOBAIRES
BUENOS AIRES (Diego Jemio, especial para LA GACETA).- De Angel Cappa puede decirse cualquier cosa, menos que es un hombre con poca autocrítica. Cuando terminó el partido y salió del vestuario, enfrentó a la nube de micrófonos con una frase contundente: "Todo fue horrible. Hasta el día fue feo. Es el peor partido desde que soy el técnico de Huracán".
Durante el semestre pasado, el equipo de Parque Patricios vivió momentos memorables, con un equipo lujoso, grandes jugadores y un grupo que interpretaba a la perfección la idea de buen juego del DT nacido en Bahía Blanca.
Pese a la gran campaña durante el Clausura, Vélez Sarsfield ganó el certamen en la última fecha y Huracán tuvo que conformarse con el subcampeonato. "Es el campeón de la gente", llegaron a decir algunos de los hinchas "quemeros".
El equipo que apareció ayer en el "Tomas A. Ducó" parece ser una sombra de aquel del que todos hablaban. Se fueron Carlos Arano, Carlos Araujo, Gastón Beraldi, Matías Deferico, Federico Nieto y Javier Pastore, entre otros. Desde el partido debut contra Lanús, llegaron tres jugadores de último momento: Rodrigo Díaz, Leandro Benegas y Cristian Ortiz. Sin embargo, parece no alcanzar para volver a aquella vieja idea de juego, al tiki-tiki.
"Si a vos te venden siete de los 11 titulares todo es muy difícil. Además, las ventas no sirven ni para llenar las arcas del club porque los jugadores pertenecen a grupos empresarios y a la institución sólo le queda un porcentaje muy minoritario", le había dicho Cappa a LA GACETA antes del encuentro con Atlético.
En el partido de ayer, salvo las buenas intervenciones de Gastón Monzón, el equipo fue otro. La defensa dio libertades, el medio campo apenas pudo contener la pelota y generar juego, y las situaciones de gol sólo fueron buenas intenciones que no molestaron a Ischuk.
En la cuarta fecha, el domingo 13, Huracán será visitante de Godoy Cruz. Hace nueve torneos que el "globo" no comienza tan mal: tres jugados y tres perdidos.
"Yo tengo un compromiso con la dirigencia que me contrató y con la gente de Huracán", apuntó Cappa cuando le preguntaron sobre una posible renuncia a su cargo. Quizás la explicación a este presente radique en una frase que tiró un periodista desde una cabina de transmisión: "a este equipo lo armó Cappa y lo desarmó el presidente Babington". La referencia, clara, es a la venta de jugadores. A "la sangría", como la llama Cappa. Ayer, en el Ducó y al menos por un rato, el tiki-tiki fue exclusivamente "decano".
Paéz, Longo y Pereyra, los destacados
BUENOS AIRES (Especial para LA GACETA).- Del uno al 11 de Atlético, todos aportaron algo para la primera victoria del equipo en la máxima categoría. Es verdad que la de ayer no fue la tarde (gris, cierto) soñada de Luis Rodríguez, que desperdició dos buenas chances, pero los goleadores son así. Lo importante, más allá de la seca faena del simoqueño, es que aparecieron sus compañeros para definir el partido.
Lucas Ischuk (6): casi no tuvo participación en el juego, aunque respondió con firmeza cada que le llegó la pelota.
Deivis Barone (7): una fiera el uruguayo, de arriba y de abajo.
Javier Páez (8): es el abanderado de la zaga. Defiende y asiste a los delanteros. Todo terreno.
Matías Villavicencio (7): fue el mejor partido de "Villa", seguro a la hora de quitar y preciso para ceder el balón. Bien por él.
David Drocco (6): correcto debut de titular. Tiene pinceladas de muy buen jugador. Ayer demostró que también sabe marcar
Diego Erroz (7): otra gran tarea del volante central. Prolijo para asistir, implacable para marcar.
Damián Musto (6): le costó acomodarse. Con el correr de los minutos se estabilizó.
Sebastián Longo (8): enorme tarea la del carrilero. Fue determinante en ataque.
Claudio Sarría (6): se enchufó por ráfagas. Cumplió.
Luis Rodríguez (5): despilfarró dos oportunidades netas de gol. Contra Boca espera la revancha.
Juan Pablo Pereyra (8): anotó el primer gol. Determinante con sus gambetas y sus pisadas.
Por el lado de los relevos, Raúl Saavedra y Emanuel Gigliotti entraron cerca del final. Pablo Calandria anotó el segundo tanto y concretó así un estreno prometedor en el "decano".
Durante el semestre pasado, el equipo de Parque Patricios vivió momentos memorables, con un equipo lujoso, grandes jugadores y un grupo que interpretaba a la perfección la idea de buen juego del DT nacido en Bahía Blanca.
Pese a la gran campaña durante el Clausura, Vélez Sarsfield ganó el certamen en la última fecha y Huracán tuvo que conformarse con el subcampeonato. "Es el campeón de la gente", llegaron a decir algunos de los hinchas "quemeros".
El equipo que apareció ayer en el "Tomas A. Ducó" parece ser una sombra de aquel del que todos hablaban. Se fueron Carlos Arano, Carlos Araujo, Gastón Beraldi, Matías Deferico, Federico Nieto y Javier Pastore, entre otros. Desde el partido debut contra Lanús, llegaron tres jugadores de último momento: Rodrigo Díaz, Leandro Benegas y Cristian Ortiz. Sin embargo, parece no alcanzar para volver a aquella vieja idea de juego, al tiki-tiki.
"Si a vos te venden siete de los 11 titulares todo es muy difícil. Además, las ventas no sirven ni para llenar las arcas del club porque los jugadores pertenecen a grupos empresarios y a la institución sólo le queda un porcentaje muy minoritario", le había dicho Cappa a LA GACETA antes del encuentro con Atlético.
En el partido de ayer, salvo las buenas intervenciones de Gastón Monzón, el equipo fue otro. La defensa dio libertades, el medio campo apenas pudo contener la pelota y generar juego, y las situaciones de gol sólo fueron buenas intenciones que no molestaron a Ischuk.
En la cuarta fecha, el domingo 13, Huracán será visitante de Godoy Cruz. Hace nueve torneos que el "globo" no comienza tan mal: tres jugados y tres perdidos.
"Yo tengo un compromiso con la dirigencia que me contrató y con la gente de Huracán", apuntó Cappa cuando le preguntaron sobre una posible renuncia a su cargo. Quizás la explicación a este presente radique en una frase que tiró un periodista desde una cabina de transmisión: "a este equipo lo armó Cappa y lo desarmó el presidente Babington". La referencia, clara, es a la venta de jugadores. A "la sangría", como la llama Cappa. Ayer, en el Ducó y al menos por un rato, el tiki-tiki fue exclusivamente "decano".
Paéz, Longo y Pereyra, los destacados
BUENOS AIRES (Especial para LA GACETA).- Del uno al 11 de Atlético, todos aportaron algo para la primera victoria del equipo en la máxima categoría. Es verdad que la de ayer no fue la tarde (gris, cierto) soñada de Luis Rodríguez, que desperdició dos buenas chances, pero los goleadores son así. Lo importante, más allá de la seca faena del simoqueño, es que aparecieron sus compañeros para definir el partido.
Lucas Ischuk (6): casi no tuvo participación en el juego, aunque respondió con firmeza cada que le llegó la pelota.
Deivis Barone (7): una fiera el uruguayo, de arriba y de abajo.
Javier Páez (8): es el abanderado de la zaga. Defiende y asiste a los delanteros. Todo terreno.
Matías Villavicencio (7): fue el mejor partido de "Villa", seguro a la hora de quitar y preciso para ceder el balón. Bien por él.
David Drocco (6): correcto debut de titular. Tiene pinceladas de muy buen jugador. Ayer demostró que también sabe marcar
Diego Erroz (7): otra gran tarea del volante central. Prolijo para asistir, implacable para marcar.
Damián Musto (6): le costó acomodarse. Con el correr de los minutos se estabilizó.
Sebastián Longo (8): enorme tarea la del carrilero. Fue determinante en ataque.
Claudio Sarría (6): se enchufó por ráfagas. Cumplió.
Luis Rodríguez (5): despilfarró dos oportunidades netas de gol. Contra Boca espera la revancha.
Juan Pablo Pereyra (8): anotó el primer gol. Determinante con sus gambetas y sus pisadas.
Por el lado de los relevos, Raúl Saavedra y Emanuel Gigliotti entraron cerca del final. Pablo Calandria anotó el segundo tanto y concretó así un estreno prometedor en el "decano".
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