01 Septiembre 2009
Un colchón de hollín que cubría las calles y veredas de la ciudad y un mal olor indefinido e insoportable despertó ayer a los pobladores de Juan B. Alberdi. La quema de caña y de pastizales había producido una especie de lluvia de cenizas, cuyas partículas se esparcieron por el centro de la ciudad. "Fue una mañana poco agradable", comentó la farmacéutica Nelda Abregú. Los incendios tuvieron lugar a la entrada de la ciudad, del otro lado de la ruta 38, informó el concejal Andrés Flores (PRO), y por eso se amontonó tanto hollín. El viento que corría causó una tormenta de cenizas que ennegreció aún más la ciudad. Cuando el fuego fue sofocado, el hollín dejó de caer y la situación se fue normalizando.
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