26 Agosto 2009
La desincriminación de la tenencia de drogas para consumo personal es muy necesaria. Hasta ahora, la prohibición no sirvió de nada. Los jóvenes no tienen restricciones con las drogas y las toman como parte de sus costumbres. No les preocupa la ley. Se consume como una cuestión cultural, como una forma más de los consumos posibles.
Considerar el consumo como un delito muestra la inequidad de la ley, porque no ocurre lo mismo y no se persigue a quienes sufren otro tipo de adicción. La ley que pena la tenencia de drogas cumple 20 años de aplicación. Pasaron más de 300.000 personas por el Derecho Penal y no se hicieron mejores ciudadanos. Para lo único que les sirvió es para sentarles un antecedente que no los ayudó a la hora de la reinserción laboral. El consumidor que es tratado por el derecho penal como delincuente.
Con la desincriminación no se va a disparar el consumo. Al narcotraficante lo favorece la prohibición, porque esta crea mecanismos de ruptura del sistema: coima, cohecho, corrupción.
Sí es cierto que la despenalización será un problema concreto para la Policía, que no tendrá trabajo a menor escala. Hasta ahora, los únicos que pagaron son los perejiles. Pero no tienen idea de la ruta de la droga.
También es comprensible la oposición a esta medida por parte de muchos sectores: a la sociedad le conviene sentir que el adicto es el asesino delincuente y sacarse el problema de encima.
Desde el Comité Científico del Ministerio de Justicia recomendamos un proyecto de ley que desincrimina la tenencia de drogas para consumo personal. Además, otros que establecen cómo se hará prevención y cómo funcionará el sistema de asistencia de las adicciones.
Porque no se trata sólo de desincriminar el consumo y listo. La mejor forma de hacer prevención es con inserción.
Considerar el consumo como un delito muestra la inequidad de la ley, porque no ocurre lo mismo y no se persigue a quienes sufren otro tipo de adicción. La ley que pena la tenencia de drogas cumple 20 años de aplicación. Pasaron más de 300.000 personas por el Derecho Penal y no se hicieron mejores ciudadanos. Para lo único que les sirvió es para sentarles un antecedente que no los ayudó a la hora de la reinserción laboral. El consumidor que es tratado por el derecho penal como delincuente.
Con la desincriminación no se va a disparar el consumo. Al narcotraficante lo favorece la prohibición, porque esta crea mecanismos de ruptura del sistema: coima, cohecho, corrupción.
Sí es cierto que la despenalización será un problema concreto para la Policía, que no tendrá trabajo a menor escala. Hasta ahora, los únicos que pagaron son los perejiles. Pero no tienen idea de la ruta de la droga.
También es comprensible la oposición a esta medida por parte de muchos sectores: a la sociedad le conviene sentir que el adicto es el asesino delincuente y sacarse el problema de encima.
Desde el Comité Científico del Ministerio de Justicia recomendamos un proyecto de ley que desincrimina la tenencia de drogas para consumo personal. Además, otros que establecen cómo se hará prevención y cómo funcionará el sistema de asistencia de las adicciones.
Porque no se trata sólo de desincriminar el consumo y listo. La mejor forma de hacer prevención es con inserción.