Julio Ardiles Gray no quebró jamás sus vínculos de pertenencia afectiva con LA GACETA. Las generaciones que ingresaron luego de su alejamiento, escucharon múltiples anécdotas acerca de su trayectoria profesional e intelectual. Cada vez que venía a Tucumán ingresaba y saludaba a los periodistas en una suerte de reencuentro fugaz con el medio. En los últimos años, al espaciarse su contacto con Tucumán, no dejó de telefonear a la redacción, en cada Día del Periodista. Con voz ronca, me trasmitía el saludo de colega a colega, que hacía extensivo a todos los periodistas del diario. El gesto demostraba que no había perdido ese sentido de comunión con el diario y con la pasión periodística. El 7 de junio, con el saludo en el Día del Periodista, daba testimonio de su identidad. Hacerlo público es un acto de justicia.