09 Agosto 2009
Los bajitos sólo quieren divertirse
Simpáticos, inquietos, felices, llenos de vigor. Así son los pequeños deportistasque, convocados por LA GACETA, protagonizaron una producción fotográfica y adelantaron el festejo del "Día del Niño". Por Por Teresa Barrionuevo - Redacción LA GACETA y Tomás Gray -Redacción LA GACETA.
Hay cosas que no se pueden compar con nada: el amor de un niño, su alegría, su espontaneidad y su sinceridad. Hoy es un día muy especial para ellos y LA GACETA les brinda un homenaje a través de los pequeños cracks del deporte tucumano que son los protagonistas de una producción especial, reflejada en las páginas de este suplemento.
El lugar de encuentro fue el parque de diversiones "Superpark", ubicado en la zona del ex aeropuerto, frente al parque 9 de Julio. Uno a uno llegaron a la cita. Cada uno vestía los colores de su club y era fácil identificar el deporte que practican. Al principio, la timidez se apoderó de ellos, pero luego, a medida que subieron a los juegos, la felicidad los invadió. Así, le dieron rienda suelta a la alegría y se divirtieron a lo grande.
Disfrutaron mientras fueron captados por la cámara fotográfica. Josefina, aprendiz de amazona que practica hipismo, encontró en la calesita a su compañero de equipo: el caballito. Se subió y sonrió para que el lente de la cámara captara la mejor escena.
Después llegó el momento en que debían posar uno por uno. Fueron pocas tomas y sin necesidad de repetir. Algunos cumplieron con el pedido del fotógrafo. Otros buscaron la mejor pose en forma personal. Juan Cruz, el pequeño rugbista, no paró de patear la ovalada, dando muestras de su pasión por el rugby, mientras esperaba su turno para la foto. Lo mismo pasó con Leandro, el diminuto futbolista, a quien no le importó si la pelota era más grande que él. La manejó sin problemas, con mucha técnica. Javier, el basquetbolista, no se quedó atrás. El también mostró su habilidad con la redonda.
El descontrol llegó cuando fueron invitados a subir al último juego: el tobogán gigante. Una vez en lo más alto, se tiraron con decisión y coraje. Todos menos Luciana, la tenista. Sintió miedo y se frenó en el momento de lanzarse. Hasta que la convencieron de que podía hacerlo. Lo hizo despacito y le gustó. Pidió repetir la experiencia, pero no fue posible. Había que poner punto final a la producción y ya no quedaba tiempo para seguir jugando.
Fueron casi dos horas de producción y el esfuerzo de todos valió la pena. Los chicos se hicieron notar. Demostraron que es posible ponerse contento sin motivo aparente y disfrutaron mientras estuvieron ocupados.
Hoy será un día especial para ellos. Serán saludados por los mayores, recibirán el regalo que desearon y disfrutarán jugando con sus amigos. LA GACETA les hizo un pequeño homenaje a todos los niños de la provincia que fueron representados por estos bajitos.
Tal vez en el futuro se conviertan en las figuras del deporte tucumanos. Por ahora, se dedican a hacer lo que más les gusta. Sin exigencias, sin presiones. Ellos sólo quieren divertirse.
El lugar de encuentro fue el parque de diversiones "Superpark", ubicado en la zona del ex aeropuerto, frente al parque 9 de Julio. Uno a uno llegaron a la cita. Cada uno vestía los colores de su club y era fácil identificar el deporte que practican. Al principio, la timidez se apoderó de ellos, pero luego, a medida que subieron a los juegos, la felicidad los invadió. Así, le dieron rienda suelta a la alegría y se divirtieron a lo grande.
Disfrutaron mientras fueron captados por la cámara fotográfica. Josefina, aprendiz de amazona que practica hipismo, encontró en la calesita a su compañero de equipo: el caballito. Se subió y sonrió para que el lente de la cámara captara la mejor escena.
Después llegó el momento en que debían posar uno por uno. Fueron pocas tomas y sin necesidad de repetir. Algunos cumplieron con el pedido del fotógrafo. Otros buscaron la mejor pose en forma personal. Juan Cruz, el pequeño rugbista, no paró de patear la ovalada, dando muestras de su pasión por el rugby, mientras esperaba su turno para la foto. Lo mismo pasó con Leandro, el diminuto futbolista, a quien no le importó si la pelota era más grande que él. La manejó sin problemas, con mucha técnica. Javier, el basquetbolista, no se quedó atrás. El también mostró su habilidad con la redonda.
El descontrol llegó cuando fueron invitados a subir al último juego: el tobogán gigante. Una vez en lo más alto, se tiraron con decisión y coraje. Todos menos Luciana, la tenista. Sintió miedo y se frenó en el momento de lanzarse. Hasta que la convencieron de que podía hacerlo. Lo hizo despacito y le gustó. Pidió repetir la experiencia, pero no fue posible. Había que poner punto final a la producción y ya no quedaba tiempo para seguir jugando.
Fueron casi dos horas de producción y el esfuerzo de todos valió la pena. Los chicos se hicieron notar. Demostraron que es posible ponerse contento sin motivo aparente y disfrutaron mientras estuvieron ocupados.
Hoy será un día especial para ellos. Serán saludados por los mayores, recibirán el regalo que desearon y disfrutarán jugando con sus amigos. LA GACETA les hizo un pequeño homenaje a todos los niños de la provincia que fueron representados por estos bajitos.
Tal vez en el futuro se conviertan en las figuras del deporte tucumanos. Por ahora, se dedican a hacer lo que más les gusta. Sin exigencias, sin presiones. Ellos sólo quieren divertirse.
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