08 Agosto 2009
Según Cristina y Alperovich, 2010 será el año del despegue
El gobernador dijo que los desafíos son potenciar el consumo y erradicar la pobreza. El mandatario tucumano ratificó su lealtad al proyecto político nacional. "Ningún gobernante puede estar tranquilo si hay gente pobre y sin trabajo", manifestó.
EN FAMILIA. Alperovich expuso sus ideas en la reunión con la Presidenta, de la que participaron Fernández y Randazzo. Luego se sumó De Vido. NA
La carpeta con la que entró el gobernador, José Alperovich, al despacho de la presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, no contenía un rosario de planteos. Por el contrario, el mandatario tucumano se atrevió a formularle ciertas sugerencias a la jefa de Estado para alentar la economía, sosteniendo como eje la distribución de la riqueza.
"Creo que la clave pasa por inyectar plata", dijo Alperovich en la reunión con la Presidenta. Aludía, así, a la posibilidad de que el Gobierno aliente el consumo a través de mejoras en las remuneraciones y en los subsidios sociales. Por ahora, esa propuesta es sólo una expresión de anhelo, aclaran los allegados al mandatario, ante la contracción de los ingresos fiscales.
"Está pasando lo peor de la crisis. 2010 será un año bueno", dicen que afirmó Cristina, como una suerte de evaluación de lo que vendrá y de la confianza oficial de que la economía argentina despegará definitivamente el año que viene. Alperovich asintió. La reunión se extendió por cerca de una hora, en el marco del diálogo político que convocó el Gobierno nacional.
Participaron, además, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Mientras transcurría la charla, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, se sumó al encuentro. Le confirmó a Alperovich que ya había desembolsado unos $ 12 millones para Tucumán, con los que se saldó la deuda de $ 50 millones destinados al plan de obras públicas, con financiamiento federal. "Es un alivio. Sabía que la Nación cumpliría lo acordado como cupo para el mes pasado, por eso en la reunión no le pedí absolutamente nada a la Presidenta", dijo anoche Alperovich a LA GACETA en el Aeropuerto Benjamín Matienzo, al regresar desde Capital Federal. El gobernador aludía, así, a la promesa que le formulara, la semana pasada, en Olivos, la propia Cristina.
Alperovich fue uno de los pocos mandatarios que no habló sobre la distribución de los fondos de coparticipación, pese a que Tucumán recibe unos $ 30 millones mensuales menos de lo presupuestado. "Hablamos temas generales", remarcó anoche el jefe del Ejecutivo.
Sin embargo, la polémica por las cifras de pobreza forman parte de las preocupaciones oficiales. "Ningún gobernante puede estar tranquilo teniendo gente pobre y sin trabajo", enfatizó Alperovich. En la reunión el gobernador reafirmó la lealtad al proyecto político nacional. En la antesala presidencial se cruzó con el mandatario de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, a quien saludó cordialmente, pese a transitar por veredas políticas opuestas.
"Creo que la clave pasa por inyectar plata", dijo Alperovich en la reunión con la Presidenta. Aludía, así, a la posibilidad de que el Gobierno aliente el consumo a través de mejoras en las remuneraciones y en los subsidios sociales. Por ahora, esa propuesta es sólo una expresión de anhelo, aclaran los allegados al mandatario, ante la contracción de los ingresos fiscales.
"Está pasando lo peor de la crisis. 2010 será un año bueno", dicen que afirmó Cristina, como una suerte de evaluación de lo que vendrá y de la confianza oficial de que la economía argentina despegará definitivamente el año que viene. Alperovich asintió. La reunión se extendió por cerca de una hora, en el marco del diálogo político que convocó el Gobierno nacional.
Participaron, además, el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, y el ministro del Interior, Florencio Randazzo. Mientras transcurría la charla, el ministro de Planificación Federal, Julio de Vido, se sumó al encuentro. Le confirmó a Alperovich que ya había desembolsado unos $ 12 millones para Tucumán, con los que se saldó la deuda de $ 50 millones destinados al plan de obras públicas, con financiamiento federal. "Es un alivio. Sabía que la Nación cumpliría lo acordado como cupo para el mes pasado, por eso en la reunión no le pedí absolutamente nada a la Presidenta", dijo anoche Alperovich a LA GACETA en el Aeropuerto Benjamín Matienzo, al regresar desde Capital Federal. El gobernador aludía, así, a la promesa que le formulara, la semana pasada, en Olivos, la propia Cristina.
Alperovich fue uno de los pocos mandatarios que no habló sobre la distribución de los fondos de coparticipación, pese a que Tucumán recibe unos $ 30 millones mensuales menos de lo presupuestado. "Hablamos temas generales", remarcó anoche el jefe del Ejecutivo.
Sin embargo, la polémica por las cifras de pobreza forman parte de las preocupaciones oficiales. "Ningún gobernante puede estar tranquilo teniendo gente pobre y sin trabajo", enfatizó Alperovich. En la reunión el gobernador reafirmó la lealtad al proyecto político nacional. En la antesala presidencial se cruzó con el mandatario de San Luis, Alberto Rodríguez Saá, a quien saludó cordialmente, pese a transitar por veredas políticas opuestas.
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