07 Agosto 2009
Partes de la iglesia de Villa Padre Monti están arruinadas. Al rescate. LA GACETA / OSVALDO RIPOLL
Con murales de piedra laja, un antiguo campanario, coquetos techos de tejas, ventanas de vitraux y una fachada de diseños circulares, la iglesia de Villa Padre Monti se vanagloria de tiempos remotos en los que fue una pieza clave en la vida del pueblo. Sin embargo, en los últimos meses, cayó en ruina por la desidia, que dio lugar al peor de los saqueos.
El pequeño templo es lo único que se salvó, hasta ahora, de los robos, pero el resto del edificio (albergue, cocina y salón de reuniones), fue ultrajado por el desmantelamiento. Otrora supo ser un sitio ideal para las actividades de los grupos estudiantiles, que montaban su campamento en los alrededores. Donde antes había espacio para las carpas, ahora el terreno es ocupado por viviendas que construyeron los usurpadores. Julio Avila, un hombre de hablar pausado y tonada cordobesa, sufre y se le nota en la mirada, cuando observa las habitaciones vacías, que ahora intenta recuperar. "La iglesia de los curas azules", como le llaman los pobladores, espera que le devuelvan sus latidos para darle vida al pueblo.
El pequeño templo es lo único que se salvó, hasta ahora, de los robos, pero el resto del edificio (albergue, cocina y salón de reuniones), fue ultrajado por el desmantelamiento. Otrora supo ser un sitio ideal para las actividades de los grupos estudiantiles, que montaban su campamento en los alrededores. Donde antes había espacio para las carpas, ahora el terreno es ocupado por viviendas que construyeron los usurpadores. Julio Avila, un hombre de hablar pausado y tonada cordobesa, sufre y se le nota en la mirada, cuando observa las habitaciones vacías, que ahora intenta recuperar. "La iglesia de los curas azules", como le llaman los pobladores, espera que le devuelvan sus latidos para darle vida al pueblo.