02 Agosto 2009
"Nada cambia en salud de un día para el otro"
El ministro de Salud de la Nación Juan Luis Manzur dijo que mantienen la guardia en alto porque el virus A (H1N1) es nuevo e imprevisible. El funcionario confía en lograr el control de la nueva gripe pandémica, con el apoyo de su equipo. "Mantengo buenas relaciones con la Presidenta y con todos los gobiernos".
CAMINO POLITICO. Manzur dice que los distintos cargos que ocupó le fueron abriendo paso al terreno político. MINISTERIO DE SALUD DE LA NACION
BUENOS AIRES. (Por María Ester Véliz, enviada especial).- A caballo de los buenos resultados que a su decir obtuvo en Tucumán con el programa de salud, que logró bajar el índice de mortalidad infantil y mejorar la situación sanitaria provincial, Juan Luis Manzur confía en que su gestión al frente del Ministerio de Salud de la Nación le dé idénticos réditos. "Estamos mucho mejor que hace 20 días, aunque no quiero decir que estamos bien. La curva epidemiológica está en franco descenso en nuestro país, pero como el virus A (H1N1) es nuevo -lo estamos conociendo, ya se descifró en el Instituto Malbrán su genoma- e imprevisible, seguimos con la guardia en alto...", respondió Manzur en la entrevista exclusiva que concedió a LA GACETA.
En su austero y amplio despacho -donde los teléfonos están ausentes- Manzur conversó distendido con nuestro diario.
-¿Logrará domar la pandemia?
- Vamos haciendo las cosas que desde el punto de vista técnico hay que hacer en el momento preciso. Este es un proceso que lleva su tiempo y los resultados de muchas de nuestras acciones comenzarán a verse dentro de 20 o de 30 días. Nada cambia en salud de un día para otro. Me acompaña el mismo equipo que tuve en Tucumán, y todos somos técnicos.
- Se muestra seguro...
- Estamos actuando correctamente. El primer caso de gripe A en el país se notificó el 7 de mayo y yo asumí en este ministerio el 30 de junio. Hasta aquí sabíamos que el nuevo virus A (H1N1) era de alta transmisibilidad y de veloz expansión. Entonces me pregunté qué debía hacer para luchar contra la enfermedad que avanzaba especialmente en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, donde se concentran más de 15 millones de personas. Concluí en que debíamos medir cuántos contagiados con enfermedades tipo influenza (ETI) se habían registrado desde enero a la fecha. Me dicen que 117.000. Luego pido a los centros centinela de vigilancia epidemiológica que me averigüen cuál es el virus de mayor circulación y me responden el H1N1, en más del 90%. Entonces, afirmo con mucha certeza que más del 90% de esos 117.000 -unos 100.000- fueron afectados por el virus pandémico y presentó alguna signosintomatología de la influenza. Por esta estrategia me felicitó la directora de la OPS, Mirta Roses Periago. Luego le dije a la Presidenta que no podemos seguir midiendo caso por caso porque en una epidemia es imposible hacerlo aquí o en cualquier parte del mundo.
-Esa fue la cifra que dio en su primer informe como ministro y que disgustó a la Jefa de Estado...
- No fue así, creo que algunos medios no interpretaron mi explicación técnica... No afectó mi relación con la Presidenta, con quien mantengo una excelente relación. Ella entendió muy bien de dónde salía esa cifra. Tanto es así que me dio todo lo que le pedí: más fondos para salud para afrontar la epidemia (un millón de pesos) y la puesta en práctica de medidas concretas para proteger los grupos de riesgo: suspensión de clases y ampliación del receso de invierno y licencia especial para las embarazadas y pacientes inmunodeprimidos. Argentina es el único país del mundo que tomó acciones concretas, los demás aconsejaron, recomendaron, instruyeron, pero concretaron nada...
- ¿Cómo es su relación con los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia?
- Mantengo muy buenas relaciones con todos los gobiernos del país y sus ministros de Salud. Trabajamos con criterios técnicos y sanitarios unificados, consensuados. Todas las medidas y acciones se discuten en el seno del Consejo Federal de Salud (Cofesa), y de aquí sale toda decisión y normativa sanitaria.
-¿Quién es su "papá" en salud?
- (Se ríe). Puedo decir que siempre confió en mí y me apoya Ginés González García.
- ¿Y en política?
- No tengo papá político porque jamás busqué patrocinio político. Mi desempeño en distintos cargos me fue abriendo naturalmente un camino que podría llamarse político y que comenzó en La Matanza, cuando su entonces intendente, Alberto Balestrini, me llamó para que fuera su Secretario de Salud. Nos hicimos tan amigos que siempre nos frecuentamos, nos reunimos con nuestras familias.
En su austero y amplio despacho -donde los teléfonos están ausentes- Manzur conversó distendido con nuestro diario.
-¿Logrará domar la pandemia?
- Vamos haciendo las cosas que desde el punto de vista técnico hay que hacer en el momento preciso. Este es un proceso que lleva su tiempo y los resultados de muchas de nuestras acciones comenzarán a verse dentro de 20 o de 30 días. Nada cambia en salud de un día para otro. Me acompaña el mismo equipo que tuve en Tucumán, y todos somos técnicos.
- Se muestra seguro...
- Estamos actuando correctamente. El primer caso de gripe A en el país se notificó el 7 de mayo y yo asumí en este ministerio el 30 de junio. Hasta aquí sabíamos que el nuevo virus A (H1N1) era de alta transmisibilidad y de veloz expansión. Entonces me pregunté qué debía hacer para luchar contra la enfermedad que avanzaba especialmente en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires, donde se concentran más de 15 millones de personas. Concluí en que debíamos medir cuántos contagiados con enfermedades tipo influenza (ETI) se habían registrado desde enero a la fecha. Me dicen que 117.000. Luego pido a los centros centinela de vigilancia epidemiológica que me averigüen cuál es el virus de mayor circulación y me responden el H1N1, en más del 90%. Entonces, afirmo con mucha certeza que más del 90% de esos 117.000 -unos 100.000- fueron afectados por el virus pandémico y presentó alguna signosintomatología de la influenza. Por esta estrategia me felicitó la directora de la OPS, Mirta Roses Periago. Luego le dije a la Presidenta que no podemos seguir midiendo caso por caso porque en una epidemia es imposible hacerlo aquí o en cualquier parte del mundo.
-Esa fue la cifra que dio en su primer informe como ministro y que disgustó a la Jefa de Estado...
- No fue así, creo que algunos medios no interpretaron mi explicación técnica... No afectó mi relación con la Presidenta, con quien mantengo una excelente relación. Ella entendió muy bien de dónde salía esa cifra. Tanto es así que me dio todo lo que le pedí: más fondos para salud para afrontar la epidemia (un millón de pesos) y la puesta en práctica de medidas concretas para proteger los grupos de riesgo: suspensión de clases y ampliación del receso de invierno y licencia especial para las embarazadas y pacientes inmunodeprimidos. Argentina es el único país del mundo que tomó acciones concretas, los demás aconsejaron, recomendaron, instruyeron, pero concretaron nada...
- ¿Cómo es su relación con los gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires y de la provincia?
- Mantengo muy buenas relaciones con todos los gobiernos del país y sus ministros de Salud. Trabajamos con criterios técnicos y sanitarios unificados, consensuados. Todas las medidas y acciones se discuten en el seno del Consejo Federal de Salud (Cofesa), y de aquí sale toda decisión y normativa sanitaria.
-¿Quién es su "papá" en salud?
- (Se ríe). Puedo decir que siempre confió en mí y me apoya Ginés González García.
- ¿Y en política?
- No tengo papá político porque jamás busqué patrocinio político. Mi desempeño en distintos cargos me fue abriendo naturalmente un camino que podría llamarse político y que comenzó en La Matanza, cuando su entonces intendente, Alberto Balestrini, me llamó para que fuera su Secretario de Salud. Nos hicimos tan amigos que siempre nos frecuentamos, nos reunimos con nuestras familias.
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