La jefa de Estado partió a las 23 de ayer desde el aeroparque Metropolitano rumbo a la capital estadounidense, acompañada por el ministro de Justicia, Seguridad, y Derechos Humanos, Aníbal Fernández.
El viaje de la Presidenta se enmarca en el repudio que varios países del continente manifestaron por el golpe de Estado cívico militar que destituyó al presidente de Honduras, Manuel Zelaya, quien fue reemplazado por el presidente del Congreso unicameral Roberto Micheletti.
La presidenta tenía el objetivo de viajar a la capital del país centroamericano, Tegucigalpa, junto al destituido mandatario Zelaya, con una comitiva liderada por el titular de la OEA, José Miguel Insulza, quien ayer viajó a la capital hondureña y hoy regresará a Washington, y el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, Miguel D?Escoto.
Insulza, pasadas las 23, reconoció ante la prensa internacional que "no hay condiciones para el regreso de Zelaya" al país, por lo que el viaje programado entró esta medianoche en duda.
Así lo dijo Insulza luego de reunirse con los integrantes de la Corte Suprema de Justicia local, a quienes ratificó la decisión del organismo interamericano de defender la institucionalidad democrática luego del golpe del 28 de junio último que expulsó a Zelaya del país.
Desde el momento en que se conocieron los detalles de esta crisis, Cristina Fernández se interesó en el tema y en conversaciones con el titular de la OEA reafirmó su decisión de viajar a Honduras para respaldar la restitución de Zelaya en el cargo.
El gobierno argentino respaldó enfáticamente la posición de la OEA de apelar a su Carta Democrática y separar a Honduras de ese organismo en caso de que sus actuales autoridades no repongan al mandatario destituido en su cargo.
La misma postura la sostuvo el mandatario de Ecuador, Rafael Correa, quien hoy también participaría de la Asamblea de la OEA y mañana formaría parte de la comitiva internacional que acompañará el retorno de Zelaya a su país.
Entre las acciones dispuestas por la Argentina para ratificar su posición de repudio al golpe que quebró el sistema democrático hondureño figuró la suspensión de la cooperación militar con las fuerzas armadas de esa nación dispuesta por la ministra de Defensa, Nilda Garré.
La medida, se informó, continuará "hasta tanto se reestablezca el orden constitucional" del país centroamericano.
"Esta acción conlleva la reafirmación del cumplimiento del principio de la plena subordinación constitucional de las Fuerzas Armadas a la autoridad política legalmente constituida como condición sine qua non para consolidar definitivamente el estado de derecho en los países latinoamericanos", se indicó.
Con la misma tónica de rechazo al golpe, por instrucción del canciller Jorge Taiana, la Argentina concedió el jueves asilo diplomático a Enrique Flores Lanza, ministro de la Presidencia del gobierno de Zelaya.
Previo a partir hacia Washington, la jefa del Estado se reunió en la residencia de Olivos con el ministro de Planificación, Julio De Vido, y el flamante secretario de Transportes, Juan Carlos Schiavi.
Posteriormente recibió a los titulares de Salud, Juan Manzur, y de Ciencia y Tecnología, Lino Barañao. (DPA-DyN-Télam)