01 Julio 2009
TEGUCIGALPA. Micheletti, titular del Congreso, cuenta con respaldo popular. REUTER
TEGUCIGALPA.- El presidente depuesto de Honduras, Manuel Zelaya, se prepara para regresar mañana a su país, después de recibir el apoyo de la ONU y de que los mandatarios de Ecuador y de la Argentina prometieron acompañarlo, pese a que la fiscalía hondureña lanzó una orden de arresto en su contra.
Zelaya dijo que quiere volver a Honduras como presidente legítimo, pero el gobierno interino encabezado por el ex jefe del Congreso, Roberto Micheletti, lo denunció por cargos de violación de las leyes y abuso de poder, entre otros. Las acusaciones se originan en una consulta popular que preparó Zelaya con fines de una enmienda que lo habilitaría para ser reelecto. El plebiscito fue objetado por la Corte Suprema de Justicia y por el mismo Parlamento.
El detonante
No obstante, el mandatario depuesto desafió a los otros Poderes y avanzó en su plan, para lo cual le ordenó a las Fuerzas Armadas la organización del referendo, que iba a realizarse el pasado domingo. El Alto Mando se negó a hacerlo, amparado en la decisión de la Justicia. Esto le valió la baja inmediata por orden del propio Zelaya, un terrateniente liberal que en el último año cambió su discurso y se acercó al presidente izquierdista de Venezuela, Hugo Chávez. La crisis llegó a su punto máximo luego de que Zelaya aclaró el sábado que no había destituido al jefe de las Fuerzas Armadas. Pero a esa altura de los acontecimientos el conflicto se había instalado y en pocas horas, antes de que se abrieran las urnas, fue depuesto. "Todos los países sin excepción, de América, han tenido la dignidad muy fuerte en alto sobre este atroz acontecimiento", dijo ayer Zelaya en un discurso ante la asamblea de la ONU. "El mundo está agarrando conciencia fuerte de que no podemos utilizar la violencia para resolver problemas que se pueden resolver pacíficamente", agregó.
La asamblea general de la ONU aprobó una resolución para que sus 192 miembros no reconozcan a otro gobierno en Honduras que el del derrocado mandatario. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y su par ecuatoriano, Rafael Correa, acompañarán a Zelaya en su regreso al país.
Ayer, Micheletti encabezó una multitudinaria concentración popular, respaldado por las Fuerzas Armadas, en la que se gritaron consignas antichavistas. (Reuters)
Zelaya dijo que quiere volver a Honduras como presidente legítimo, pero el gobierno interino encabezado por el ex jefe del Congreso, Roberto Micheletti, lo denunció por cargos de violación de las leyes y abuso de poder, entre otros. Las acusaciones se originan en una consulta popular que preparó Zelaya con fines de una enmienda que lo habilitaría para ser reelecto. El plebiscito fue objetado por la Corte Suprema de Justicia y por el mismo Parlamento.
El detonante
No obstante, el mandatario depuesto desafió a los otros Poderes y avanzó en su plan, para lo cual le ordenó a las Fuerzas Armadas la organización del referendo, que iba a realizarse el pasado domingo. El Alto Mando se negó a hacerlo, amparado en la decisión de la Justicia. Esto le valió la baja inmediata por orden del propio Zelaya, un terrateniente liberal que en el último año cambió su discurso y se acercó al presidente izquierdista de Venezuela, Hugo Chávez. La crisis llegó a su punto máximo luego de que Zelaya aclaró el sábado que no había destituido al jefe de las Fuerzas Armadas. Pero a esa altura de los acontecimientos el conflicto se había instalado y en pocas horas, antes de que se abrieran las urnas, fue depuesto. "Todos los países sin excepción, de América, han tenido la dignidad muy fuerte en alto sobre este atroz acontecimiento", dijo ayer Zelaya en un discurso ante la asamblea de la ONU. "El mundo está agarrando conciencia fuerte de que no podemos utilizar la violencia para resolver problemas que se pueden resolver pacíficamente", agregó.
La asamblea general de la ONU aprobó una resolución para que sus 192 miembros no reconozcan a otro gobierno en Honduras que el del derrocado mandatario. La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, y su par ecuatoriano, Rafael Correa, acompañarán a Zelaya en su regreso al país.
Ayer, Micheletti encabezó una multitudinaria concentración popular, respaldado por las Fuerzas Armadas, en la que se gritaron consignas antichavistas. (Reuters)
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