Hubo incidentes en la zona de vestuarios

Hubo incidentes en la zona de vestuarios

Los hinchas que insultaron al plantel y al cuerpo técnico fueron sacados a golpes del estadio.

MOMENTOS DE TENSION. La trifulca se desató cuando algunos hinchas insultaron a los jugadores del “santo”. LA GACETA / FRANCO VERA MOMENTOS DE TENSION. La trifulca se desató cuando algunos hinchas insultaron a los jugadores del “santo”. LA GACETA / FRANCO VERA
15 Junio 2009
"Por favor, si tienen chicos salgan rápido y aléjense de la cancha", fue el mensaje que una mujer, en el acceso a las plateas y sin ninguna identificación visible con el club, les daba a los hinchas. En La Ciudadela podía pasar cualquier cosa; la desilusión golpeaba a todos. Sabían que se habían perdido más que tres puntos.
En el playón de estacionamiento fueron cientos los simpatizantes que se quedaron, a pesar del vallado y de la fuerte presencia del personal de seguridad -que responde a la Gerenciadora del Noa-, para manifestar su disconformidad con la campaña.
La relación entre el equipo y la tribuna, que llevaba varios rounds tambaleando, ayer recibió el último golpe y se fue a la lona. "Que se vayan todos, que no quede ni uno solo", fue el canto elegido para despedirlos de la cancha, después de sumar la 17a derrota de la temporada y de quedar al borde del descenso.
La avalancha de insultos estaba al caer y, poco a poco, esas gargantas decepcionadas comenzaron a encontrar eco. Sólo bastó que un simpatizante gritara "ahora salgan a pedirle perdón a la gente", para que se desencadenara la reacción de un grupo que defendió al plantel. En pocos segundos, sortearon el cordón y, ante la mirada de la policía, agredieron al joven. Ahí comenzaron los incidentes. Cuando los simpatizantes que insultaban observaron esa escena, se retiraron del estadio raudamente, perseguidos por los que apoyaban a los jugadores y al cuerpo técnico.
Mientras todo esto pasaba, el equipo permanecía en el vestuario, pero ya con la compañía de una decena de "coordinadores" e integrantes de la comisión directiva.
Pasadas las 18.09, casi una hora después de finalizado el partido, Germán Noce fue el primero que subió al colectivo de las inferiores, ante escasos aplausos y alguna que otra palabra de aliento. Ya nadie se animó a cuestionar nada. Para muestra, sobra un botón, o varios.
Acompañado por personal de seguridad arriba del micro, el plantel dejó el estadio sin mirar hacia los costados. En los alrededores hubo corridas. Nadie pudo acercarse.
La impotencia se apoderó de La Ciudadela. "Somos San Martín, no nos puede pasar esto", le gritó un adolescente, empapado en lágrimas, al presidente Rubén Ale. Quedan dos fechas. Ahora el "santo" depende de los demás.

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