Los 3.000 tucumanos se hicieron sentir

Los 3.000 tucumanos se hicieron sentir

El estadio estuvo colmado y la fiesta fue completa gracias a la gran actuación de la Selección.

CANTANDO EL HIMNO. El momento que siempre emociona: los jugadores se abrazan y el público se conmueve. Después comenzaron a jugar y Argentina exhibió un alto nivel. TELAM CANTANDO EL HIMNO. El momento que siempre emociona: los jugadores se abrazan y el público se conmueve. Después comenzaron a jugar y Argentina exhibió un alto nivel. TELAM
14 Junio 2009

SALTA (Enviado especial).- “Vamoooosssss Pumaaaasssss”, dijo con ganas la voz del estadio, mientras los integrantes del seleccionado argentino salían a la cancha bajo una lluvia de papelitos celestes y blancos.
Salta preparó con tiempo la fiesta y la disfrutó. El puñado de 200 ingleses que estuvieron en el estadio poco se notaron ante el estruendoso apoyo que 30.000 hinchas le brindaron al equipo nacional desde las tribunas.
La sonrisa de los dirigentes de la Unión salteña y de quienes trabajaron para traer el test-match al norte reflejaba satisfacción. Fue el reflejo de la tarea cumplida.
El colorido de los patrocinadores y de sus promotoras aportó lo suyo. Fue fiesta en la cancha y en las tribunas. Hasta volvió la tradicional “ola”, más gigantesca y prolongada que nunca. “Esto es un minivélez”, dijo uno de los periodistas acostumbrados a seguir a Los Pumas por todos los estadios.
Salta fue invadida. “Ni en los partidos de fútbol se había logrado convocar tanta gente”, apuntó un periodista salteño. Los tucumanos aportaron lo suyo. Desde el “Jardín” llegaron cerca de 3.000 fanáticos. La mitad viajó con sus clubes. Banderas de Cardenales, de Tucumán Rugby, de Huirapuca, de Lawn Tennis y la naranja de Tucumán se hicieron visibles en las tribunas.
Salta fue una fiesta. La organizaron aquí pero la hicieron tucumanos, santiagueños (fueron muchos los que vinieron a alentar a leguizamón y se hicieron sentir con su try), cordobeses, correntinos, chaqueños, formoseños, jujeños, rosarinos... Hasta de Paraguay y de Chile llegaron para decir presente.
El cotillón lo pusieron los organizadores y el festejo lo aportaron los 15 guerreros que volvieron a emocionar. “No me gusta que comparen este equipo con el de 2007”, dijo el gladiador Mario Ledesma. No importa Mario, si es para festejar, vale. 

Volvió a encenderse la luz de esperanza
Análisis. Por Tomás Gray - Redacción LA GACETA


Apareció el corazón Puma, el coraje de Mario Ledesma, la magia de Juan Martín Hernández y el apoyo de miles de fanáticos que colmaron el pintoresco estadio Padre Martearena para pintar la tarde salteña de celeste y blanco. Los Pumas fueron claramente superiores, en especial en el primer tiempo, y aunque terminaron ganándole a Inglaterra con angustia y por poco, sirvió para que se vuelva a encender esa luz de esperanza que se estaba apagando lentamente por los resultados obtenidos en el ciclo Phelan.
Cuidado, que el árbol no tape el bosque. Fue una gran victoria, no quedan dudas. El pack se pareció mucho al que se consagró en el Mundial de Francia. Al margen de los errores en el scrum y el line (formación que sigue preocupando), los delanteros fueron siempre adelante. El nivel de conducción de Mario Ledesma es tremendo; ojalá que no anuncie aún su retiro, aunque se sabe está cerca.   
La pareja de medios le dio muy buena dinámica al juego. El debut del medio scrum Alfredo Lalane fue auspicioso, aunque sería el tercer o cuarto nueve en las preferencias del técnico. El apertura, palabra mayor. El mejor de la cancha.
Se ganó bien, pero fue un partido. El ciclo sigue en rojo. Vale si se trata de un punto de inflexión y de partida con la mira puesta en un futuro mejor.

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