AMAICHA DEL VALLE.- Nazareno Casero está feliz. Sucede que, a sus 22 años, ya logró como actor el rol co-protagónico en una película. En “Aballay” encarna a Julián, el niño que ve cuando matan a su padre y que cuando crece sale en busca de venganza. Nazareno no es un improvisado. Hijo del conocido actor Alfredo Casero, a los 7 años debutó en televisión. Y, a los 9, participó en una película con un papel secundario. La que filma ahora es la novena de su carrera.
- ¿Como vivís la película?
- Nunca hice un filme así, de 100 años de antigüedad. Para mí es muy interesante. La escenografía, ni hablar, es impresionante. El arte que se usó, la pulpería, las casas, los negocios donde transcurre la historia. No veía nada actual, cosas que tranquilamente son de época. Con este filme me sentí como atemporal, fuera del tiempo. Particularmente me acostumbro a no ver nada de lo que hice en el momento. Dejo todo para que al final lo que hice me sorprenda. Sentí que todo era muy lindo.
-¿Desde cuándo te cautivó?
- Cuando me contaron del proyecto me interesé mucho. Spiner me preguntó si me gustaría hacerla, le dije que sí sin dudar. Fui a las pruebas de cámaras, leí el guión y me atrapó.
- ¿Que influencia tenés de tu padre como actor?
- Con él empecé desde chiquito a jugar con la actuación. En su programa me metí de a poco haciendo algunos personajes. Insisto que aprendí jugando. Hoy es mi maestro. Un día me dijo: “bueno, listo, yo te libero, pero dejá bien parado el apellido”. En eso estamos
- ¿Cuéles son tus expectativas con esta película?
- Creo que puede hacer mucho ruido en el cine nacional y afuera también. Si bien tiene mucha violencia, es muy linda porque demuestra que la violencia genera más violencia y dolor.